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Marco asegura que ha aumentado la prevención de inundaciones

Intentar engañarse es inútil: en la Comunidad Valenciana, las políticas de adecuación urbana al riesgo de inundaciones se han producido a golpe de riada. Las inundaciones de Valencia en 1957 dieron lugar a la planificación del sur de la ciudad; la pantanada de 1982, a la construcción de una nueva presa de Tous con sistema de laminación de avenidas; las lluvias torrenciales de septiembre de 1997 en Alicante, a una reordenación del drenaje urbano. Sin embargo, cada vez son más las actuaciones preventivas en este ámbito, según aseguró ayer en Benidorm el director general de Obras Públicas de la Generalitat, Pedro Marco. Marco, que ayer pronunció una conferencia con el título Riadas, inundaciones y catástrofes naturales en los cursos sobre Medio Ambiente, Turismo y Ordenación del Territorio que se celebran en Benidorm, reconoció que "es imposible construir con un riesgo cero", ya que los datos obtenidos en los estudios de inundabilidad de terrenos urbanizables son susceptibles de cambiar en función de las actuaciones que se realicen en su entorno. Prevención en el litoral El director general de Obras Públicas abogó por una visión global del urbanismo y por un mayor respeto a la hora de edificar junto a los cauces, respeto que señaló que se viene notando "cada vez más" desde la trágica riada de 1982. Respecto a los municipios del litoral, señaló que la costa es la desembocadura natural de los ríos y, por ello, las medidas de prevención contra avenidas deben ser más estrictas. La contaminación acústica fue el tema sobre el que versó la siguiente conferencia, pronunciada por el profesor titular de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Alfonso de Esteban. De Esteban calificó los ruidos como "un problema social" que no sólo afecta a la convivencia entre ciudadanos sino a los intereses económicos de las ciudades, especialmente a los de aquellas que, como Benidorm, viven del turismo. En cifras, 20 millones de españoles -un 48% de la población- se ven afectados por ruidos, entendidos éstos como sonidos no deseados, que superan los 65 decibelios. En toda la Unión Europea son unos 113 millones las personas en esta situación. Para el profesor Alfonso de Esteban, no basta con medidas puntuales como la insonorización de bares y discotecas y las inversiones en I+D para amortiguar el sonido de los motores de los vehículos, sino que es necesario fomentar una cultura de respeto al derecho al descanso. Por su parte, el director general de Conservación de la Naturaleza del Ministerio de Medio Ambiente, Enrique Alonso, citó la conservación de los humedales como una prioridad del ministerio, ya que dichos parajes "constituyen el mejor espacio para estudiar la biodiversidad".

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