Especialidad forense

Los señores jueces que hayan tenido el honor de presidir cualquiera de los juzgados de Órgiva y su partido, así como los señores magistrados que hayan tenido la oportunidad de revisar las sentencias de éstos, y, por supuesto, mis ilustres compañeros abogados que hayan tenido el privilegio de batirse el cobre de su ciencia jurídica en esta noble plaza, saben de lo que les hablo cuando me refiero a la "especialidad forense" del pleito alpujarreño. Conviene afirmar que no existe, ni tiene parangón alguno con ningún otro y que es tan fuerte, sabroso y pesado de digerir como su homónimo y famoso plato, e incluso puede resultar, para sorpresa de algunos, bien costoso y caro. Se trata por tanto de algo más que un juicio, más hondo y profundo, generalmente larvado, entre sollozos, durante largas noches de insomnio, que pronto se torna supremo y público en pueblos tan pequeños como éstos, donde la alarma social y el aburrimiento harán de inmediato partícipes a las familias y afines de ambos bandos, quienes a partir de entonces vivirán y alentarán el pleito como si fuera propio y hasta lo celebrarán, llegado el caso, como una auténtica victoria electoral. No en balde, curiosamente, ambos bandos familiares suelen coincidir también con los tradicionalmente "políticos. Vistas así las cosas, no es de extrañar a nadie que esa inicial "demanda" de escasa relevancia económica y poca enjundia jurídica quede pronto relegada a un segundo plano y, tomada ésta como simple excusa, se transforme el pleito en un debate inesperado donde entrarán en juego argumentos personales, ajenos a la contienda, muchos de ellos de raíz larga y oscura, que nos recuerden muy a nuestro pesar los viejos duelos de honor.- . Órgiva (Granada).