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Reportaje:

Enganchados a lo alternativo

Una fiesta electrónica congrega a 500 asistentes en Colmenar Viejo

Tienen un lema en la vida: lo alternativo. Con ellos, todo tiene ese adjetivo, y sobre todo la música, la fiesta y el mercado. Para calentar motores, los promotores de un comercio alternativo que abrirá sus puertas el próximo otoño organizaron la noche del pasado sábado una fiesta por todo lo alto en los 3.600 metros cuadrados del recinto ferial de Colmenar Viejo.El acontecimiento, bautizado como la Rave del Mercado, no congregó tantos asistentes como esperaban los organizadores. De los 6.000 previstos, sólo acudieron 500. A cambio, por las 3.000 pesetas que costaba la entrada, pudieron disfrutar de 17 horas de fiesta.

Manuel Arrabal, de 24 años, era uno de los participantes. Llevaba dos horas sentado en un bancodel recinto ferial y leía el periódico.

"Llegué justo al comienzo, a las siete de la tarde. Es demasiado temprano, todavía no hay mucho ambiente", se quejaba al mirar su reloj. Eran las 23.30. Le quedaban todavía unas horas antes de poder escuchar a su pinchadiscos favorito, Ángel, el fundador de Midday, un antro de música tecno en Madrid. "Debe tocar de las 6.30 a las 8.30", decía Manuel. Añadía que en total serían 13 los profesionales que animarían la fiesta con ritmos electrónicos.

La rave (fiesta en vivo) se dividía en dos salas de música: la zona dance y la chill-out. En la última -zona de descanso-, grupos pequeños estaban acostados en el suelo, sobre cojines. Todos escuchaban con delicia a David Hill, miembro del grupo Ballistic Brother. También en el chill-out se pinchó hasta las doce de la mañana del domingo.

"Dentro de la música electrónica, hemos querido ofrecer al público un abanico de elección muy amplio", explicaba Borja Beneyto, uno de los organizadores. "La fiesta del mercado es también el mercado de la fiesta, porque, aparte de escuchar la música electrónica de su elección, los asientes pueden ver cine, performances, comer, beber y comprar", añadía.

En las paredes del edificio del recinto ferial de Colmenar Viejohabía una gigantesca pantalla con imágenes sacadas de Internet. En el interior, rayos de luces multicolores barrían el suelo que pisaban los ravers al compás de la músicadel pinchadiscos Nawa, miembro fundador del colectivo de Jazzin Club.

En la enorme pista bailaban tres hombres vestidos con bañadores de cuero negro, calzados con botas y embutidos en cadenas metálicas. Se llaman Los Sucios y Rudos. Además de desfilar con sus disfraces sadomasoquistas, tenían instalado un puesto en el mercadillo de la rave. "Vamos a dejar la pista a Raquel, La Calva", exclamaba uno.

Raquel, La Calva, pionera en la creación de performances en España, señalaba: "Esta palabra quiere decir acción. Tiene un efecto visual fuerte, debe impactar". "Antes las performances eran más artísticas, ahora son animación de discoteca", concluía antes de iniciar la suya.

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