El candidato socialista considera inconstitucional el Estado confederal

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, y el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, afirmaron ayer en Sevilla que las aspiraciones de los partidos nacionalistas firmantes de la llamada declaración de Barcelona no tienen cobertura constitucional. "Ni la autodeterminación ni la confederación tienen cabida en la Constitución", dijo Borrell tras pronunciar una conferencia titulada La izquierda en el nuevo milenio.

El ex ministro de Obras Públicas aseguró que los socialistas pretenden una España federal, pero no pueden aceptar los planteamientos de los nacionalistas de un Estado confederal. Borrell añadió que la propuesta pactada en la Declaración de Barcelona plantea "un cambio en el consenso constitucional".Para Chaves, la Declaración de Barcelona "sólo pretende una España desigual, de privilegios, en la que al final el derecho a la diferencia se puede convertir en un derecho a la desigualdad, donde puede haber privilegios en determinadas comunidades autónomas respecto a otras".

El presidente andaluz indicó que la iniciativa conjunta de Convergència i Unió (CiU), del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y del Bloque Nacionalista Galego (BNG) "sólo puede desembocar en una España de los agravios", por lo que defendió "combatirlo de todas las maneras".

Desde Madrid, el secretario de Comunicación del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmó que el Gobierno esta dejando la iniciativa política "en manos" de los partidos nacionalistas ya que, en su opinión, no les sabe decir no "cuando tiene necesidad de apoyos parlamentarios". "Estamos viviendo por parte de los nacionalismos un nuevo radicalismo que creo que tiene que ver con la debilidad del Gobierno, que no tiene un proyecto para España, y sin él aparecen más nítidos los proyectos de los nacionalismos".

Falta de modelo

Rubalcaba indicó que este problema arranca desde que el Gobierno del Partido Popular negoció "muy mal" con los partidos nacionalistas porque, en su opinión, "tuvo que hacerse perdonar muy rápido lo mucho que les había insultado y ahora está pagando muy cara esa negociación y la falta de modelo".En este sentido, subrayó que el presidente del Gobierno, José María Aznar, "no tiene un modelo que ofrecer a la España de las autonomías", y es en este caso cuando los nacionalistas pasan "al primer plano".

La forma de ordenar este debate es, según Rubalcaba, "que Aznar diga qué España quiere" y, si no lo sabe, el PSOE le prestaría su fórmula "que sí sabe qué hacer con España y cómo avanzar en un impulso federal".

En su opinión, se pactó "deprisa y corriendo un mal modelo de financiación de las comunidades autónomas" y añadió que la prueba de que es malo son los cuatro recursos presentados en el Tribunal Constitucional, la "existencia de una sensación generalizada de que no todo el mundo tiene el mismo trato" y que los que lo pactaron, como CiU, "ya no lo quieren, por lo que es un mal acuerdo y hay que rehacerlo con el consenso de todos".

En referencia a la calificación de "electoralistas" que dio el viernes a los nacionalistas el nuevo portavoz del Gobierno, Josep Piqué, el secretario de Comunicación del PSOE reconoció este "clima preelectoral autonómico", pero añadió que ése no es el problema, sino que los partidos nacionalistas se encuentran a un Gobierno "que no sabe a dónde va".

Rubalcaba aseguró que estas últimas semanas se observa "una cierta exacerbación de las posiciones de los partidos nacionalistas".

Por parte del Gobierno, el secretario de Estado para las Administraciones Territoriales, Jorge Fernández Díaz, dijo que la declaración de los tres partidos nacionalistas es "rancia, desfasada y alejada de la realidad".

Carlos Iturgaiz, presidente del PP vasco, en su discurso de clausura de la X Escuela de Verano de Nuevas Generaciones, celebrada durante esta semana en Vitoria, acusó también al PNV, CiU y BNG de haber escenificado en Barcelona "una pose preelectoral". Las reclamaciones de su declaración son injustificadas porque la Constitución ya garantiza lo que reivindican, aseguró Iturgaiz.

El líder de los populares vascos pidió a los nacionalistas que dejen de quejarse permanentemente y sustituyan su discurso "rancio y antipático" por otro racional.

Desde la orilla nacionalista, el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, anunció que la Declaración de Barcelona es tan sólo "un aperitivo", es decir, "el comienzo" de un trabajo que será mucho más amplio y que continuará en Bilbao el próximo mes de septiembre y posteriormente en Santiago de Compostela.

En declaraciones a Europa Press, el dirigente nacionalista rechazó que se trate de hacer "frentismo". "No se trata de un frente contra nadie, sino de una coordinación de esfuerzos a favor de cosas", afirmó.

Anasagasti apuntó que el ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, no puede pedir a los nacionalistas que respeten la Constitución cuando "el primero que la tiene que respetar es él, porque todavía el Estatuto de Autonomía está sin cumplir". "Nosotros nunca hemos dicho que no acatamos la Constitución, sino todo lo contrario, a pesar de que Euskadi no la aprobó. Nos gustaría que el poder central la acatara como lo hacemos nosotros", añadió. A juicio del portavoz del PNV, a la Constitución habría que "desagraviarla" porque, a su entender, "hay muchas cosas que no se cumplen, como en la justicia, donde deja mucho que desear, o el desarrollo estatutario, que no se está cumpliendo nada".