Romper la ley del silencio
Hace algunos meses, cuando el deporte francés fue sacudido por un grave caso de dopaje, la ministra de la Juventud y Deportes, Marie-George Buffet, no vaciló en recordar a los dirigentes de club y a los organizadores sus responsabilidades: "La obligación de obtener resultados a no importa qué precio es una incitación al dopaje". (...) Días después, en la presentación de la edición de 1998, el director de la Sociedad del Tour de Francia explicó (...) que el recorrido era más razonable que el de 1997. (...) Una moderación que sorprende, ya que el espectáculo del duelo de los escaladores garantiza una gran audiencia televisiva. Algunos pensaron que eran los primeros efectos de la incorporación de los controles sanguíneos, nueva arma de la lucha antidopaje. (...) El caso Festina, (. . .) con la detención de un entrenador del equipo de Virenque, sorprendido en posesión de una impresionante cantidad de sustancias prohibidas, es sin duda uno de los golpes más duros asestados a este deporte. (...) Es la primera vez que los investigadores intervienen así en la más célebre de las pruebas de ciclismo. (...) No se trata de que en lo sucesivo se sancioné a los que las utilizan, sino de atacar un sistema que parece tan viejo como el ciclismo. Por eso la policía y la justicia van a intentar quebrantar esta ley del silencio adoptada por el pelotón. La regla es simple: aquel que hable no pertenecerá más a la familia, los contratos se evaporarán, los amigos se irán, las amenazas se multiplican. (...)., 17 de julio.
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