Fracasa la mediación para aprobar el Tribunal Penal Internacional

En vísperas de su clausura hoy, el éxito o el fracaso de la Conferencia de Roma, convocada hace un mes para elaborar el estatuto del que habrá de ser el primer Tribunal Penal Internacional, pendía anoche de un hilo. Las dificultades de encontrar una fórmula de consenso que dé vida a un tribunal con plenos poderes e independencia pero capaz también de atender las exigencias planteadas por Estados Unidos obligó al presidente de la comisión, el canadiense Phillippe Kirsch, a retrasar hasta el último momento la presentación del borrador de estatuto que será sometido el sábado a la firma de los delegados de los 162 países que han asistido a esta conferencia.El desacuerdo no afecta, como recordó ayer el propio Kirsch, al 95% del articulado, redactado ya prácticamente desde el pasado miércoles, sino a dos cuestiones esenciales que definirán al futuro tribunal internacional: su jurisdicción y su independencia.

Sobre este último punto, sin embargo, todo apunta a que podría adoptarse una fórmula de compromiso que establezca una estrecha relación entre este tribunal universal y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sin supeditarlo a este organismo.

En cuanto a la jurisdicción, las cosas se complican porque la propuesta de los llamados "países afines" -básicamente los miembros de la Unión Europea, excepto Francia, y Estados latinoamericanos, africanos y asiáticos- daría al tribunal la posibilidad de actuar sobre presuntos criminales de guerra naturales de países que no hubieran ratificado el estatuto. Una propuesta que no cuenta con el apoyo de Estados Unidos, India, China y Rusia, entre otros países.

El ultimátum lanzado el pasado miércoles por el jefe de la delegación estadounidense, David Scheffer, que advirtió sobre las debilidades implícitas de un tribunal internacional que nazca sin el "apoyo de los dos tercios de la población mundial", ha tenido un impacto considerable en las negociaciones de última hora. Scheffer dejó claro que las propuestas sobre la mesa hasta ese día eran "inaceptables".

Sin embargo, el jefe de la delegación española, Juan Antonio Yáñez, no descartaba ayer la posibilidad de que se alcanzara un acuerdo que permita aprobar la creación del tribunal por consenso.