Restauración de papel

"Este libro habla de una ermita gótica en ruinas, situada en una montaña ancestral y mítica, en una pequeña y emblemática ciudad de la culta Europa". De esta forma, casi a modo de cuento, arranca L"Ermita del Puig de Xàtiva, un volumen realizado por el historiador setabense Josep Lluís Cebrian y editado por la Obra Social de la Caja de Ahorros de Ontinyent con el que, en teoría, se cierra la campaña iniciada en 1996 por diversos colectivos culturales de La Costera para tratar de salvar al monumento de una ruina total que, a simple vista, se adivina como inminente. La iniciativa se bautizó con un inequívoco Salvem el Puig y se centró en tratar de concienciar a los ciudadanos sobre el alarmante estado de deterioro del edificio, un ejemplo único de edificación religiosa fortificada, del siglo XIV, ubicado en una montaña de difícil acceso que sirve como puerta natural a la comarca. Para ello, se recogieron firmas, se recuperó con carácter cívico una tradicional romería a la ermita -que dejó de celebrarse en los años sesenta-, se organizaron conferencias y debates e, incluso, se editaron cuentos y material gráfico con el monumento como hilo conductor. Estas actividades, y en especial la reedición de la romería, a la que acuden cientos de personas desde su recuperación, han contado con un amplio respaldo social desde el principio. Sin embargo, el éxito de la campaña quedaba hipotecado a la intervención del Ayuntamiento de Xàtiva, gobernado por el PP. Tras una etapa de aparente indiferencia de los populares por el tema, reactualizado por sectores progresistas de la comarca, el concejal de Cultura, Vicent Tudela, anunció recientemente una primera intervención "de urgencia" para consolidar el edificio y evitar que el paso del tiempo dé su último mordisco.Estas obras, que cuentan con un presupuesto de cuatro millones de pesetas, se podrían ejecutar en breve. Con todo, la restauración integral, para la que ya existe un estudio realizado por el arquitecto Antonio Vela, tendrá que esperar a la firma de un convenio entre el Ayuntamiento y la Iglesia que delimite el uso y la propiedad de la ermita, actualmente en manos del Arzobispado. El borrador del documento, preparado en 1994, durante la etapa de gobierno socialista en Xàtiva, no acabó de concretarse con la firma. Mientras se desbloquea esta situación y se confirma el interés institucional por salvar el edificio, el libro de Josep Lluís Cebrian (Xàtiva, 1963), historiador de arte y responsable de la biblioteca de Canals, sirve como broche a la campaña y, sobre todo, se ha convertido en la aportación más amplia y documentada sobre la historia y características de la ermita. "La verdad es que, ahora, son las ruinas mejor documentadas de nuestro entorno", apunta Cebrian con un leve tono de ironía. "Se trata de un edificio medieval que forma parte del patrimonio de Xàtiva, tanto como el castillo o la colegiata, y que no debemos olvidar porque esté allá arriba y no se puede subir en coche", señala el historiador. De hecho, finalizada la "restauración de papel", como califica Cebrian a su obra, queda lo más difícil. "Hay que luchar por lograr que se inicien los trabajos de consolidación, restauración y rehabilitación de la ermita, porque se trata de un referente en la historia de todos los habitantes de la comarca", argumenta el autor del libro. L"ermita del Puig de Xàtiva, obra editada en valenciano y castellano y prologada por Joan Alonso, aborda la historia, las referencias a la ermita (desde Cavanilles al antiguo cronista oficial de Xàtiva, Carlos Sarthou) y las características arquitectónicas, además de información sobre la toponimia y la arqueología del entorno y la relación del monumento con la literatura. El volumen, sin embargo, no olvida la dimensión "sagrada" de la montaña que acoge el edificio y a la que, en el imaginario popular, se atribuyen apariciones, curaciones y milagros. El libro se gestó por el encargo de los promotores de Salvem el Puig, y ya estaba listo para editar el pasado mes de septiembre, según asegura el autor, pero hasta ahora no se había encontrado editor. Finalmente, tras algunos contactos infructuosos con el Ayuntamiento, quien propuso la coedición junto con la Diputación, los colectivos de la campaña consiguieron el respaldo de la Caixa d"Ontinyent.