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FRANCIA 98

Un millón de personas se lanza a los Campos Elíseos

Y la apoteosis explotó en Francia. La sentencia firmada por Petit dio rienda suelta al delirio colectivo y sobre todo a un largo suspiro de alivio que, durante 90 minutos, los franceses habían contenido. La masa concentrada en los parisinos Campos Elíseos -sólo en esta avenida se congregó un millón de personas-, en la Bastilla, en el Trocadero, en la plaza del Hotel De Ville, en toda la capital se liberó al fin del gusanillo que les atenazó el estómago. Sólo los dos primeros goles de Zidane permitieron atemperar los nervios. Zidane levantó del sofá a media Francia y París tembló al grito de "vamos a ganar".Al tiempo que el equipo anfitrión avanzaba hacia la victoria, los seguidores franceses iban dando crédito a un sueño. Banderas en alto, cánticos, gritos y millones de almas reunidas en torno a un color. Los petardos y los fuegos artificiales se apoderaron del cielo francés. A pie o en coche, los parisinos se echaron a la calle. Los franceses, muy pasivos al principio del torneo, se rendían a la magia del fútbol. La frialdad se quedó a un lado y toda Francia se fundió en un abrazo. Un grito se generalizó: "No me lo puedo creer". Nada impedía ocultar la emoción. Comentaristas pintados con la bandera tricolor, equipos enteros desbordando los platos. La fiesta no hacía más que empezar. La masa que invadía París amenazaba con alargar la celebración hasta mañana, día en que los franceses celebran su fiesta nacional. Pero este año la fiesta se ha adelantado dos días. Los dispositivos policiales y televisivos, preparados para el día 14, se pusieron en marcha antes de tiempo.

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