_
_
_
_
TOUR 98

Olano: "Venimos por el podio"

El vasco afirma que no piensa perder tiempo en la montaña

Carlos Arribas

Olano, año II. La resaca de la decepción 97. "Llego más tranquilo, psicológica y físicamente". Igual de confiado, o más. Consciente de que el año pasado se dispararon las expectativas (retirada de Induráin, búsqueda desesperada de un heredero rápido para el Tour) y de que su sufrido cuarto puesto sonó a fracaso. Bajando un poco el nivel de sus aspiraciones. Ya no habla de victoria. "Venimos a disputar el podio. Lo más alto del podio es un escalón más todavía". Y por eso, más confiado, más seguro de sus fuerzas, como aquel que se ha dado cuenta de que no tiene que demostrar nada a nadie. "Creo que no he cambiado con respecto al año pasado, pero no lo sé... Quizás he cambiado en cuestión de la imagen que trasmito, quizás levante menos expectativas".Ha sido un trabajo paciente de su equipo y de él mismo. Había que enfriar a la afición. Que no pensara que ganar el Tour era tarea fácil, que no pensara que un cuarto puesto es un fracaso, que no pensara que Olano es perfecto, porque ni siquiera Induráin lo fue. A Olano, un competidor que lucha por cualquier triunfo, le costó trabajo aceptar no salir a disputar algunas carreras que le gustaban; le costó trabajo no lucir siempre la imagen de ganador. Y hasta se ha buscado romper con la seguridad que su entorno quería transmitir el año pasado sobre sus posibilidades. "Olano tiene un déficit en la montaña", dicen en 1998. "Tendrá que correr amarrando, con la calculadora, con lo que consiga en la contrarreloj para de ahí restar lo que pierda en la montaña". Han aireado sus flecos.

Más información
El tercero
Boardman: "No cuenten conmigo para el prólogo"
UN PRÓLOGO CLÁSICO

Pero Olano eso no lo acepta. "No salgo pensando cuánto perderé en la montaña", dice. "No me gustaría perder nada". Y lo repite. "No creo que pierda nada con Virenque y los escaladores".

Olano tampoco piensa que en la contrarreloj vaya a hacerse con un buen colchón frente a los escaladores. "No es una contrarreloj en que se vayan a marcar grandes diferencias, pese a que es de 58 kilómetros", dice. "No habrá una media muy alta, muchas subidas, muy rompepiernas, muchos cambios de ritmo, repechos de hasta kilómetro y medio". Entonces ¿será capaz de agarrarse al podio en la montaña, el terreno que se lo negó el año pasado? "Incluso hay más montaña este año, aunque sean menos las llegadas en alto".

El líder del Banesto, de 28 años, sólo tiene una lectura del Tour 97: "No estando al 100% quedé cuarto". No se le pasa por la cabeza la posibilidad de llegar al primer puerto (el Aubisque) con las sensaciones que tuvo. "Esa circunstancia no se va a dar. ¿Por qué lo sabe? "Estoy en buen momento. Quizás pese un poco más que en el 97 (72 o 73 kilos), pero queda mucho llano y ahí lo perderé. Mejor así. La preparación ha sido la acertada". ¿Por qué lo sabe? "Nunca he dudado de mí mismo".

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_