Las promotoras tienen programadas inversiones en Valencia por 236.000 millones, según Barberá
Valencia tiene en marcha la urbanización de más de tres millones y medio de metros cuadrados de suelo que se traducirán en 20.000 nuevas viviendas. Y sobre estas bolsas urbanizables tienen ahora mismo puesta la mirada las grandes promotoras y constructoras nacionales y valencianas. O lo que es lo mismo, "sobre el suelo de la ciudad hay previstos más de 230.000 millones de pesetas de inversión privada", dijo ayer la alcaldesa, Rita Barberá, en un balance de la legislatura que se convirtió en una comparación de sus siete años de gestión en el Ayuntamiento con lo realizado anteriormente por los socialistas.
Un balance que fue un canto a las excelencias de todas las áreas de gobierno -la totalidad de los concejales arroparon ayer a Barberá- pero especialmente a la de Urbanismo, cuyo responsable es Miguel Domínguez. La alcaldesa, del PP, considera que no hay ninguna otra ciudad española del tamaño de Valencia "con la misma actividad urbanizadora". Nada menos que 3,5 millones de metros cuadrados y una inversión privada sobre el suelo de más de 236.000 millones de pesetas están en marcha o programadas y que deben desembocar en 20.000 nuevas viviendas. "Esto nos permite tener los precios de los pisos más baratos que el resto de las grandes ciudades", proclamó la alcaldesa con satisfacción. Estas grandes cifras casi triplican el último presupuesto municipal -el más inversor de la historia, según recordó ayer la dirigente popular- lo que evidencia el despliegue empresarial y especialmente de las promotoras y constructoras que se ha producido en una ciudad que tiene proyectos para generar vivienda como mínimo durante los 10 próximos años. Sin embargo, tanto expertos de sociedades inmobiliarias como de compañías dedicadas a la tasación de inmuebles empiezan a poner en tela de juicio la viabilidad de algunas de las promociones de vivienda que están en marcha en la ciudad, incluso las más laureadas. Además, el PSPV, Nova Esquerra y Esquerra Unida han puesto en varios plenos en cuestión si Valencia necesita estas miles de viviendas que están en construcción cuando zonas como Ciutat Vella o El Cabanyal pierden población y los pisos vacíos en la ciudad se se cifran unos 50.000, según datos estadísticos oficiales. Pero el recorrido de ayer de Barberá por sus últimos cuatro años de mandato no terminaron en la delegación de Urbanismo. En la sala en la que todos los viernes se reúne el equipo de gobierno hizo la primera mandataria del Consistorio un repaso de casi dos horas a su gestión. Dijo que se había hecho más de lo que les exigía el programa electoral de 1995, que tenía como lema Soluciones, y que su formación había conseguido transformar "una ciudad apática en una urbe dinámica. Hemos pasado del conformismo a la autoestima", dijo, y prosigió: "Valencia lidera lo ecológico, lo solidario, lo accesible, lo social y lo cultural. Hemos saneado la Hacienda, iluminado la ciudad y hemos tomado la delantera en materia cultural como mínimo hasta el año 2002". Sin embargo, si la alcaldesa se felicitó por el nuevo Palacio de Congresos de Norman Foster, por el crecimiento espectacular del turismo, por los últimos congresos sobre los Deberes y Derechos del Hombre, por el inminente proyecto para El Cabanyal o por los excelentes números del Palacio de la Música, también hay en el debe de su política el olvido del Plan Verde, la parálisis del Parque Central y el fracaso de la capitalidad europea del 2001 en favor de Salamanca. Sobre ninguno de estos tres temas se pronunció ayer la alcaldesa. Toda la intervención de Barberá se apoyó por un torrente de números y estadísticas de casi todas las áreas siempre acompañadas del mismo saldo: positivo para el PP, negativo para los 12 años de gobierno municipal socialista de Fernando Castellanos, luego con Ricard Pérez Casado y por último con Clementina Ródenas. Curiosamente, a la misma hora, la edil socialista Ana Noguera pidió que la cofradía de pescadores de El Palmar suspenda el sorteo de mañana mientras la cofradía no adecúe su funcionamiento a la Constitución. La cofradía impide ahora mismo que las mujeres puedan pescar.
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