El presidente croata, hincha en París
El Gobierno croata ejerció ayer desde París. El presidente Franjo Tudjman, el primer ministro Zlatko Matesa, y varios políticos se desplazaron a la capital francesa para presenciar en directo la semifinal frente a Francia. Tudjman, que almorzó con la selección de su país, aseguró con modestia: "Francia practica un fútbol de los más hermosos de Europa. Y son favoritos para ganar el Mundial". Los dirigentes están más que satisfechos con la actuación de los jugadores, calificados de "héroes". "Estar entre los cuatro mejores del mundo", dijo el mandatario croata, "es un éxito enorme". Sólo esperan que la televisión francesa se acuerde de Tudjman. Y que no suceda lo que en el partido de cuartos frente a Alemania: Helmut Kohl, el canciller alemán, apareció en la pantalla cantando el himno alemán. Nadie se acordó de Tudjman. El embajador francés en Zagreb, Jean-Jacques Gaillarde, pidió excusas por el "lapsus".Pero Croacia sigue presente también en Alemania. El veterano Lothar Matthäus ha recurrido a la estrategia política para justificar la catástrofe (perdió Alemania 3-0) ante sus aliados en los Balcanes. Según publica la revista Stern, Matthäus afirmó que si Bonn no hubiera reconocido prematuramente a Croacia en 1992 como país independiente, la selección de Berti Vogts no habría caído. A juicio del centrocampista, el culpable es el exministro de Asuntos Exteriores Hans-Dietrich Genscher por impulsar el reconocimiento diplomático.
Genscher contraatacó. En declaraciones al diario Frankfurter Allgemeine, señaló: "Son dos asuntos totalmente distintos". Y rebatió a Matthäus: "Si Yugoslavia existiera, los jugadores croatas habrían estado integrados en ese equipo y nos hubieran sacado incluso antes del Mundial". Alemania y Yugoslavia empataron a dos en la primera fase.
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