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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Gerundios

La poesía está de moda o quieren que esté de moda y eso es imposible. La poesía es para las minorías iniciadas (lectores atentos). Si unos y otros, editoriales y poetas, se empeñan en ello será en vano. Con todo esto lo que se logra es que se creen grupos, capillas, sectas o llámenlo como quieran y que lluevan disparates.Si hacemos repaso, de poetas y editoriales, vemos a los de la experiencia y a los de la diferencia, los clónicos y no clónicos, que flaco favor hacen a la poesía, pues todos escriben igual. Y si quieren narrar, que lo hagan, pero que se dejen de zarandajas. La poesía es intensidad y capacidad de sorpresa. Es palabra esencial. Y éstos y los otros carecen de duende, salvo honrosas excepciones, que no se deben ni quiero generalizar. De las tácticas editoriales no entiendo y, por tanto, no escribo nada.

La poesía no necesita de explicaciones, sí de lectores atentos -repito-. Es ese no sé qué que te deja balbuciendo. Por esto, es para una minoría que sabe de lenguajes precisos y bellos. Nadie debe acercarse a la poesía sin esa capacidad de creación tan necesaria en el poeta, pero también en el lector, no lo olvidemos. Para ficciones ya están los novelistas.

Si a la lírica es la intuición del poeta la que la guía, no se entiende el que haya tantos poetas con tan poca intuición y únicamente den muestras de hemorragias verbales. ¡Dejen ustedes la poesía en paz, que para paisaje de dudas cada uno tiene su otoño, y escriban novelas! Gracias.

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Qué más quisiéramos los lectores que encontrarnos con algún fulgor, pero nada de nada y erre que erre. Pocos poetas o poetisas actuales publican verdaderos hallazgos y no hacen otra cosa que ir a lo fácil (juntar palabras) y a esa dudosa rentabilidad (aparecer en los periódicos y revistas para no sé qué).

Pues bien, esto no tiene que preocuparnos lo más mínimo. Siempre habrá versos que nos conmuevan y otros que nos dejarán indiferentes. Y nos preguntaremos cómo han sido capaces de publicarlos, y seguiremos leyendo y/o escribiendo a nuestro pesar. ¡Benditos gerundios!-

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