Una mala vivienda
Cuando te compras un piso, tienes una ilusión que te llena el corazón. Mis ahorros en una inversión que será rentable a la larga, piensas. Haces fotos durante la construcción, te paseas los domingos y festivos por el lugar, al finalizar las obras y entrega de llaves llevas a tus amigos, familiares: "Mira, aquí pondré esto, allí aquello". Ahora bien, pasados los años, en este caso cinco años y seis meses, parece una condena, me encuentro con que: las fotos de la construcción las sustituyo por fotos de manchas de humedad en varias habitaciones, salón y baño, no pequeñas manchas, sino paredes enteras, techos, armarios empotrados, todo ello negro, lleno de hongos y bichitos pequeños blancos, perjudiciales por poder provocar enfermedades. Nosotros, el matrimonio, dormimos en el salón, y los dos niños en la misma habitación, la menos afectada de las tres. Poseo fotos, informe del arquitecto y perito del Ayuntamiento que certifican la mala construcción, y un informe de sanitario que certifica la inhabitabilidad. Comienzo mi andadura y me encuentro: la constructora y promotora han desaparecido; el MOPU argumenta que han pasado los cinco años estipulados por la ley y no tienen responsabilidad alguna; el arquitecto tiene una sentencia firme a su favor por haberse dado el mismo caso en otra vivienda de la zona; la comunidad de 30 vecinos, como el problema es de uno o dos a lo sumo, no quiere saber nada; el Defensor del Pueblo sólo defiende casos contra los organismos públicos. Conclusión: antes de comprar un piso, compren una lupa de 100 o algo más de diámetro para ver los defectos constructivos ante los cuales nadie responde después. O tenga una buena cartilla de ahorros para los arreglos oportunos.- Emilio Matutano García.