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Rusia reconvierte un submarino atómico en un lanzasatélites

Un submarino portador de misiles estratégicos dejó ayer la base naval militar Gadzhíyevo en el extremo norte de Rusia y enfiló rumbo al mar de Barents en una misión histórica: lanzar desde las profundidades marítimas un misil intercontinental que en lugar de cabezas nucleares lleva un satélite alemán que deberá poner en órbita. El costo del proyecto se mantiene en secreto, pero para los diseñadores es secundario; lo importante es demostrar que se pueden utilizar los misiles intercontinentales como cohetes portadores.El submarino Novomoskovsk (de la clase Delta IV), que abandonó ayer la bahía de los Renos (Olenia, en ruso), deberá lanzar el miércoles un misil intercontinental SS-N-23, al que se le han reemplazado sus cuatro bloques nucleares por el satélite Tubsat-N, que deberá ser colocado en una órbita elíptica de 400 por 770 kilómetros de altura e inclinación de 79 grados.

El artefacto, de 10 kilogramos de peso, pertenece a la Universidad Técnica de Berlín, que en 1997 firmó el contrato correspondiente con el Buró de Diseño de Construcción de Maquinaria Makéyev, que es en realidad un centro estatal de misiles con sede en la ciudad siberiana de Miass. Los especialistas de Makéyev tuvieron que elaborar una cápsula especial para proteger al satélite del calor que despide el motor sustentador de la tercera etapa del misil, que después de este cambio y del reemplazo de los bloques nucleares pasó a llamarse oficialmente cohete portador Shtil-1, nombre que traducido significa calma chicha.

Cortes de luz

El Tubsat-N tendrá como misión recoger, conservar y trasmitir a la Tierra información sobre las boyas oceanográficas y otros radiosensores automáticos. Extraoficialmente se ha dicho que la participación financiera de la parte alemana es de varios cientos de miles de marcos, suma claramente insuficiente para cubrir todos los gastos de este proyecto que ascienden, según los expertos, a 500 ó 1.000 millones de pesetas. La diferencia corre a cargo del ministerio de Defensa ruso, que está interesado en la utilización de los misiles intercontinentales como portadores para colocar satélites en órbita.Mientras tanto, continúan los problemas de la astronáutica rusa: ha sido aplazado el lanzamiento de la nave con la tripulación que debe reemplazar a los cosmonautas rusos que están en la Mir desde enero. La razón del aplazamiento da una idea de las dificultades económicas de Rusia: no se han podido realizar todas las pruebas del cohete portador, porque el cosmódromo de Baikonur periódicamente se queda paralizado por falta de electricidad. Los rusos no pagan las cuentas y los kazajos, para presionar, se la cortan. La falta de medios ya ha obligado a aplazar, hasta septiembre, el lanzamiento de la nave de carga que debe llevar a la estación orbital alimentos y combustible.

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