Beneficios inmediatos
Los cálculos del sector empresarial son, sin duda, superhalagüeños. "Óptimo cien por cien", resumió Federico Félix, presidente de la Fundación Pro AVE. La puesta en práctica en sólo tres años de la primera fase de la vía rápida (salida de Madrid hasta, probablemente, La Roda, en Albacete) reducirá a dos horas y media el viaje hasta Valencia (dos y veinte a Alicante y tres a Castellón). Y si las estimaciones de la Consejería de Obras Públicas hablan de 5 o 6 millones de viajeros, ellos las suben un 40%. Es decir, 8 o 9 millones de billetes que supondrán unos ingresos de 38.000 millones. Si el coste de explotación es de 32.000 millones al año, los beneficios son inmediatos. Hasta el puerto, que más que de llevar viajeros, y con una diferencia abismal, vive de transportar mercancías, se beneficiaría de la merma de tiempo. Juan Antonio Mompó explicó que en Barcelona atracan más de 400 cruceros de lujo al año, una cifra que en Alicante se queda en sólo 37. Valencia, que no huele ningún barco de lujo, podría ser más apetecible si su puerto estuviera conectado, "en poco más de dos horas con, por ejemplo, el museo del Prado".
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