Vicenç Fisas pide a ETA una tregua de al menos seis meses para iniciar el diálogo
ilbao [EN] Con la frase "nadie pierde, todos ganan", el presidente de la asociación rspañola de investigación para la paz, Vicenç Fisas, expuso ayer su propuesta para transformar la violencia del País vasco en una cultura de paz. Con la experiencia que le confiere haber conocido numerosos conflictos, este catedrático presentó un plan de paz que en su primera fase consistiría en una tregua mínima de seis meses por parte de ETA, un acercamiento de presos por parte del Gobierno centrla y el silencio de los políticos para no entorpecer ese proceso.
La propuesta de esta moratoria sobre la violencia tuvo lugar durante la presentación del libro Cultura de paz y gestión de conflictos en la sede bilbaína de la Unesco. Vicenç Fisas ocupa la cátedra de Paz y Derechos Humanos creada por este organismo en la Universidad Autónoma de Barcelona. "No hay mejor lugar que el País vasco para presentar este libro", dijo, "donde sectores muy enfrentados necesitan impulsos de paz para superar la cultura de la violencia". Recién llegado de un país como Colombia, con una violencia política y social sin parangón, el ganador del premio nacional sobre Derechos Humanos de 1988 no dudó en pronunciarse sobre la situación que vive el País Vasco y sugerir, a nivel personal, un plan de tres fases que aniquile odios, siembre confianza y permita al pueblo vasco decidir su futuro libremente. "Abrir ventanas y perder el miedo". Ese es su lema. Tal y como expuso ayer, frente a la "socialización del sufrimiento", ha llegado el momento de "socializar la confianza". Construcción de la confianza La primera fase, denominada proceso de construcción de la confianza, estaría basada en una serie de compromisos: por parte de ETA, una tregua de seis meses prorrogable en la que evitaría "cualquier tipo de atentado"; el acercamiento por el Gobierno del máximo número de presos etarras, entre tres y nueve meses después de establecerse el acuerdo; y el silencio de los partidos políticos para no entorpecer el proceso. Una vez finalizados esos primeros seis meses, se entraría en un periodo de construcción del proceso en el que la sociedad vasca, en su totalidad, reflexiona, define y debate sobre su futuro. Llegados a esta fase, Vicenç Fisas deja de leer y alza su mirada. Se muestra plenamente confiado en un elemento novedoso: que diferentes ONGs de toda España se comprometan a impulsar un proceso de reflexión pacífica sobre el derecho a la autodeterminación. La intención, como señaló, es buscar complicidades más allá de las fronteras del País Vasco, porque "la sociedad vasca tiene un reto pendiente: trasladar sus ilusiones y proyectos al Estado español". Todo para llegar, con la colaboración de medios de comunicación y partidos políticos, al "gran desafío" de Unesco para el año 2000: que "el País Vasco sea uno de los lugares donde hayan calado los mensajes de paz y que pueda decidir su futuro libremente y sin coacción de ningún tipo". Esa fue la intención de Fisas a la hora de escribir su libro.
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