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Las acusaciones creen que el siniestro del "Proof Spirit" se produjo por la falta de seguridad

La comparecencia ante el juez de Alberto Velázquez, el máximo responsable de la construcción del Proof Spirit, sirvió para reforzar el convencimiento de las acusaciones personadas en la causa: el siniestro en el que murieron 18 trabajadores no se debió exclusivamente a un error técnico o a la negligencia de un operario, sino que fue provocado por las insuficientes medidas de seguridad tomadas por Unión Naval de Levante (UNL). Velázquez, que hoy continuará declarando, invirtió gran parte de su testimonio acotando su competencia a la hora de armar el barco.

"Muy trascendente y de una importancia enorme para nuestros intereses". Uno de los abogados que ejercen la acusación particular en la causa calificó de esta guisa, sin ocultar su satisfacción, la aportación de la comparecencia de Velázquez a la investigación de la tragedia acaecida en el Proof Spirit. Velázquez, ingeniero naval de 42 años, era el director de gestión en los trabajos de construcción del carguero. Es decir, la máxima autoridad -con independencia de las responsabilidades de la jerarquía de la empresa- a la hora de organizar, supervisar y dirigir la fabricación del buque. Por ello, a tenor de la primera parte de su testimonio, algunas de las acusaciones particulares extrajeron la conclusión de que durante la construcción del barco botado en Valencia la UNL no tomó las medidas de seguridad inherentes a un trabajo de tanta complejidad. No obstante, los letrados que representan al comité de empresa y a tres trabajadores se negaron a comentar el contenido exacto de la declaración de Velazquez, que dedicó dos de las cuatro horas de su comparecencia de ayer a explicar, a preguntas principalmente del fiscal, la naturaleza de su actividad. El director de operaciones aclaró que su cometido era el de determinar y conseguir los recursos de todo tipo (humanos, técnicos y materiales) para construir el Proof Spirit, un buque de gran tonelaje utilizado por su actual propietario para el transporte de licores. El ingeniero, que trabaja desde hace 14 años en UNL, se desvinculó de la ejecución y control directo de los trabajos, que recayó en otros técnicos de la empresa naviera. A pesar de ello, sus explicaciones dejaron entrever -para algunos abogados- que la deflagracion que provocó la defunción de 18 operarios pudo ser facilitada por las insuficientes medidas de seguridad adoptadas en los trabajos de carga de combustible. En ese momento se produjo el fatal accidente, ocurrido hace casi un año, el pasado tres de julio. Sin embargo, la trascendencia concedida por algunas acusaciones a la comparecencia de Velázquez contrasta con la opinión de los letrados de la empresa. Carlos Bueren, abogado de UNL, tildó de "irrevelante" para la investigación judicial la declaración del ingeniero naval. Éste, tal como hicieron antes Jesús Ortuoste, jefe de máquinas del buque, y Antonio Illade, cabeza visible del mismo, acudió al juzgado de Instrucción número 9 de Valencia en calidad de imputado. Esta condición legal garantiza el derecho a la defensa jurídica de los declarantes y no implica, por el momento, responsabilidad alguna en el accidente ocurrido en Valencia.

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