La producción química onubense de 1997 se elevó a 408.000 millones

La Asociación de Industrias Químicas y Básicas de Huelva (AIQB) alcanzó en 1997 una producción récord de 408.000 millones de pesetas, algo más de un 6% respecto al año anterior, según datos del informe económico presentado por sus responsables. La asociación, integrada por 15 empresas, aporta el 27% al Producto Interior Bruto onubense y sostiene uno de cada 10 empleos en la provincia. La inversión en Huelva alcanzó los 16.193 millones, de los cuales 2.332 millones se destinaron a mejoras medioambientales, refleja el documento. El beneficio obtenido en 1997 por la AIQB se estima en 34.696 millones de pesetas, "que duplica al del año anterior", manifestó Gerardo Rojas, presidente de la asociación. Este sector clave de la economía onubense atraviesa un momento dulce, "que puede cambiar en el futuro". Gerardo Rojas, además, anunció que "se está llegando a una situación de estabilidad". "No existe un incremento de la demanda tan alto como el detectado a principios de este año o a finales del anterior. Nos mantendremos así en los próximos meses y, en 1999, algunos sectores mostrarán debilidad", afirmó. El responsable de la AIQB lamentó el daño que han producido a la imagen de ésta algunas posiciones de partidos políticos y organizaciones ecologistas sobre la situación medioambiental de Huelva. "A nosotros nos ha costado muchos años ganar credibilidad a través de la transparencia en la información", dijo. Rojas se refirió, sin citarlas, a las presuntas emisiones contaminantes procedentes de la Empresa Nacional de Celulosas (ENCE), detectadas en la capital en marzo. En este sentido, la delegación provincial de Medio Ambiente de la Junta en Huelva hizo públicas ayer las conclusiones del expediente abierto a esta empresa. Las investigaciones concluyen que "la meteorología influyó para que, con situaciones de emisión de SH2 dentro de la legalidad, se dieran niveles de ignición superiores a lo permitido por la ley". De esta manera, la Junta da la razón a ENCE, cuyos responsables han negado que la factoría contaminara la atmósfera.