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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Con Europa

Hoy se oficializa en Francfort el nacimiento de la primera institución de carácter federal de la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE), que lleva ya un mes de funcionamiento. Este alumbramiento ha sido el principal logro del semestre de la presidencia británica, que concluye también hoy. Pero Blair hizo esencialmente de mirón en el histórico Consejo Europeo de mayo porque había decidido no entrar en el primer euro.El segundo paso de dimensiones históricas fue el lanzamiento en marzo de las negociaciones de ampliación al Este, aunque este proceso, de enormes dimensiones, ha caído preso de diversas maniobras de dilación. Nadie parece ya tener prisa, pero casi todos reconocen la necesidad de importantes reformas internas en la UE antes de acoger a nuevos miembros.

La presidencia británica se anunció con gran ímpetu y ha dado bastante menos de lo que prometía. La perspectiva de las elecciones alemanas en septiembre ha paralizado otras decisiones. Ahora bien, contrariamente a otras presidencias, la británica debe juzgarse no sólo por su efecto en la UE, sino por su incidencia interna en el Reino Unido, pues uno de sus objetivos básicos era vender una mejor visión de Europa a un pueblo de larga tradición euroescéptica.

El hecho de que al término de la cumbre de Cardiff Blair se atreviera a plantear la entrada en el euro en cuanto la economía británica lo permita, indica que el primer ministro laborista empieza a moverse con cierta seguridad para coger el tren en marcha. Pero el resquemor antieuropeo y las reticencias frente a la moneda única siguen presentes en la sociedad británica. Tanto que el diario populista The Sun, propiedad de Rupert Murdoch, tildó a Blair de "hombre más peligroso de Inglaterra". Pero la discusión británica sobre la moneda única es ya más sobre el calendario que sobre la decisión misma. Eso es lo que ha ganado Blair, siempre que el euro se revele eficaz. Los conflictos entre Londres y Bruselas no se han acabado, pero han entrado en una vía de normalidad. Esta vez la presidencia británica se ha hecho con Europa, no contra Europa.

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