_
_
_
_

Solsticio civil, coña urbana

El Club de Debates Urbanos celebra con premios a paladines civiles us fiesta anual

Lo más granado de la sociedad civil progresista madrileña, no amante del fútbol, se dió cita anoche en el Círculo de Bellas Artes. Celebraba su fiesta anual el Club de Debates Urbanos, una plataforma plural de unos trescientos miembros de ambos sexos, con cuotas de entre cinco mil y diez mil pesetas anuales, dedicada a mantener despierta la conciencia ciudadana ante desmanes administrativos de tipo municipal, autonómico y estatal.En la fiesta se homenajeaba al solsticio de verano, fecha en la que el sol cruza sobre el trópico. También, se distinguía a personas como Juan López Jaén, que a lo largo del año y a juicio del Club se ha destacado por su defensa de la identidad de la Plaza de Oriente. Del mismo modo, se hacía entrega del premio fotográfico, Madrid manifiestamente mejorable, a la imagen más ajustada al espíritu del Club, que ganó Javier Tejera con su Consorcio.

El periodista Moncho Alpuente fue nombrado Socio de Honor del Club de Debates Urbanos. Alpuente, de 49 años, nacido en la calle del Pez, 7 (el mismo domicilio que los personajes del tebeo Pulgarcito, la familia Cebolleta, Ángel Siseñor y otros), se mostró orgulloso de la encomienda.

Entre los invitados, Inés Sabanés, flamante candidata de IU a la alcaldía de Madrid (de 45 años, pelo muy negro, madre de dos chicas y un chico, vecina de Vallecas); el arquitecto conservador Fernando Chueca; el urbanista Eduardo Mangada y el músico Ricardo Solfa.

Maestro de ceremonias fue Ricardo Aroca, murciano de 58 años, arquitecto, catedrático de Proyectos de Estructura, director dirigente de la escuela de Arquitectura de Madrid, infatigable batallador de causas ciudadanas y muy conocido como polemista, vitalista y, también, motorista (BMW, 1200 c.c): "Lamentamos que este año no se encuentre ningún alcalde de Madrid entre los premiados por tareas beneméritas, ya que entendemos que no han sido tales las realizadas por el primer edil; pero, no renunciamos a que en una ocasión ulterior otro alcalde de Madrid pueda subir a recoger su premio", ironizó Aroca.

El arquitecto, que luce luenga barba desde 1961, asegura en privado haber descubierto la fórmula feliz para satisfacer definitivamente la afición del alcalde Álvarez del Manzano por la apertura de túneles: "Lo que le saciaría de una vez por todas sería el asfaltado de las vías del metro. Ahí está la clave". Ante la guasa, las carcajadas de sus contertulios, y las suyas, resonaron en toda la sala.

La velada fue amenizada al piano por Iñaki Urquía, bajo una efigie de Cibeles, "por si alguno desea aquí, y no en la plaza, subirse a ella", tras un partido al que nadie, nadie, atendía en un televisor solitario y testimonial orillado en un rincón.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_