Infinito de Córdoba
Rosa Baleriola, la única mujer que formó parte de la directiva del Betis, camina por las dependencia municipales. "Borbolla no está con Luis Pizarro porque está con Luis Pizarro". Estos candidatos es que se han vuelto locos de atar. Y Sánchez Monteseirín no estará con su primo Nebiolo, el de Zumosol, porque está con Nebiolo. Luis Pizarro, el portavoz municipal de IU, iba a dar una rueda de prensa con Borbolla para denunciar las carencias crónicas de Torreblanca, el barrio en el que por cierto reapareció Alejandro Rojas-Marcos después de jugar varios años a Simón el Estilita. Pero Borbolla mandó a José Luis Romero porque en el día de San Juan estaba en San Vicente con Luis Pizarro, el dirigente del socialismo andaluz. Las ruedas de prensa en el Ayuntamiento están concebidas como un concurso televisivo. Ganará aquel que en menos tiempo consiga más titulares. El de Pizarro no es malo: "La alcaldesa no está secuestrada por el pobrecito del avión, sino por los poderosos de la ciudad". Después le toca el turno a Antonio Trescalvo, de la misma coalición. Dice que las posibilidades de la televisión por cable son infinitas. Alguien refutó científicamente ese axioma. No se puede estar sentado y de pie al mismo tiempo, con Alfredo y con Pepote, con España y con Bulgaria. Si una posibilidad excluye a otra, si excluye a todas las demás, no se puede defender ni a Infinito de Córdoba. Termina el ciclo de actuaciones Carmen Diz, gente sin complejo. Habla de millones para el Ateneo, para las Academias. El dinero hay que repartirlo, luego las posibilidades son finitas. Las malas lenguas decían de Borges que más que sofista era sofisticado. Más que infinito, el hombre es infinitesimal. El candidato centrípeto contra el candidato centrífugo. Cuando Borbolla volvía de Tokyo en uno de sus viajes como presidente de la Junta, Sánchez Monteseirín asistía a un pleno municipal en Burguillos. Para Pepote, Sevilla es la raíz cúbica de Andalucía; para Alfredo, su adversario doméstico, es el cubo de La Rinconada. El primero no pudo fotografiarse con Dennis Hopper, el amigo americano que asistió a una novillada en la Maestranza y vio un banderillero, Rafael Talaberón, que burló al morlaco saltando la barrera al estilo Fosbury. Sánchez Monteseirín se fotografíó con Nebiolo, el mecenas de los 100 metros, los 200 metros y los 1.500. ¿No querían Metro en Sevilla?
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