Borrell y Chaves se reconcilian y acuerdan convertir a Andalucía en punta de lanza para ganar las elecciones

El candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, José Borrell, y el líder de los socialistas andaluces, Manuel Chaves, han hecho las paces. A ambos les parecía necesario debido a la incomodidad que sentían tras el apoyo de Chaves a Joaquín Almunia en las elecciones primarias. Ahora, en una reunión privada en Madrid el pasado miércoles, Chaves aseguró a Borrell su apoyo incondicional para ganar las generales. La reconciliación se concretará con la próxima presencia de Borrell en cuatro ciudades de la comunidad que quieren convertir en punta de lanza para batir a José María Aznar.

José Borrell repetía durante el proceso de las elecciones primarias socialistas que todo se lo jugaba en Andalucía. Después resultó no ser así, dada su apabullante victoria en la mayoría de las restantes federaciones. Pero Joaquín Almunia ganó, en efecto, en la más importante en función del número de sus militantes: el 30% del total. Sin embargo, Andalucía no sólo es crucial para el PSOE por ello. Le es imprescindible también para imponerse en las elecciones generales.De la importancia de Andalucía hablaron Borrell, Manuel Chaves y el director de la oficina del candidato, Luis Yáñez, en una reunión celebrada el pasado miércoles en Madrid y sin publicidad. Antes de abordar el tema de los comicios, Chaves quiso hablar con claridad de las relaciones entre ambos, no del todo cordiales durante semanas habida cuenta de su apoyo decidido y público a Almunia en las primarias. El presidente de la Junta andaluza conocía el malestar de Borrell precisamente por algunos episodios en los que éste vio un respaldo excesivo del aparato andaluz al secretario general del partido.

Pero ambos se sienten ya satisfechos. Chaves expresó enfáticamente a Borrell que lo pasado... pasado está y que ahora dispone de toda su ayuda, y la de su federación, para ganar las elecciones. Borrell le contestó que no hacen falta más explicaciones y que el asunto está zanjado.

Quienes conocen aspectos de su charla advierten de que Chaves quiso dejar claro a Borrell, y con reiteración, que Andalucía es la federación en la que debe apoyarse fundamentalmente para ganar a José María Aznar. En ese contexto, también se mencionó a Cataluña y se dio por supuesto su colaboración a la vista del abrumador triunfo queobtuvo Borrell en el PSC.

Chaves tampoco olvidó decirle a Borrell que su victoria beneficiaría a Andalucía, a su Gobierno y a él mismo. Así, los dos se pusieron a trabajar sobre su actividad en esa comunidad autónoma: en las próximas cinco semanas celebrará actos en Almería, Ronda (Málaga), Sevilla y Cádiz.

Desde el primer momento, Borrell fue consciente de la importancia de rodearse de personas del PSOE de Andalucía y del PSC. Un vistazo a los miembros de su oficina lo pone de manifiesto con el andaluz Yáñez y el catalán Miquel Iceta como sus números uno y dos.

A ese centro llegan las numerosas peticiones de entrevistas con Borrell, aunque, por su cuenta, él también establece las que le parecen más convenientes. El pasado jueves se reunió, por ejemplo, con el vicepresidente de la Comisión Europea, Manuel Marín, miembro del Comité Federal del PSOE, que en su día también respaldó a Almunia. Entre ellos, dada su buena comunicación, no hicieron falta explicaciones.

Por otra parte, Borrell está observando con cierta sorpresa cómo proliferan las sugerencias de los ministros del Gobierno para mantener encuentros de trabajo. El del Interior, Jaime Mayor, se adelantó aceptando con agrado la sugerencia de Almunia y Juan Alberto Belloch, sus interlocutores habituales, para que Borrell acudiera a una cena convocada por él. El próximo miércoles Borrell se reunirá con el de Exteriores, Abel Matutes, a iniciativa de éste -aún no está claro si asistirá igualmente Almunia, que tiene con Matutes una relación muy fluida-.

Los titulares de Agricultura, Loyola de Palacio; Educación, Esperanza Aguirre, y Obras Públicas, Rafael Arias-Salgado, son otros que han expresado a Borrell su interés por tener reuniones tranquilas.