Debú de El Ventorrillo
Con el castizo y gastronómico apelativo de El Ventorrillo se anuncia la ganadería que se lidió ayer en La Maestranza. El ganadero compró un hierro que data de 1885, acabó de un plumazo con muchos años de historia que tienen que ver con parladé y gamero cívico, y compró 150 vacas y cuatro sementales de Juan Pedro Domecq. Y debuta en Sevilla por razones obvias. Los toreros de hoy prefieren un juanpedro conocido que un ventorrillo histórico y por conocer.El público aguanta una tarde sofocante en la confianza de encontrar un mirlo blanco entre tanta apatía general. No lo encontró, ciertamente, en José Borrero, veterano novillero que no demostró nada a pesar de tocarle en suerte uno de los pocos novillos que tuvo recorrido. Era el cuarto y lo toreó sin reposo, aprovechando las embestidas y sin profundidad. En el primero, que era muy parado, se mostró vulgar con el capote y abusó del pico cuando lo intentó con la mano izquierda. Pero lo peor llegó a la hora de matar: no aprenderá nunca.
El Ventorrillo / Borrero, Carnicerito, Lozano
Novillos de El Ventorrillo, (el 1º, sobrero), bien presentados, mansos, flojos y descastados. José Borrero: siete pinchazos y media atravesada - aviso- (silencio); tres pinchazos, media y un descabello (ovación). Carnicerito de Úbeda: dos pinchazos y media (palmas); pinchazo y estocada (silencio). Carlos Lozano: dos pinchazos, media baja y dos descabellos (palmas); pinchazo (ovación). Plaza de La Maestranza, 21 de junio. Novillada de abono. Media entrada.
A Carnicerito de Úbeda se le ve suelto con el capote y no le falta un ápice de voluntad. Lo que no le sobra es personalidad a la hora de ligar los muletazos; torea despegado y así lo corroboró en ambos novillos, aunque ninguno le ofreció facilidades.
A sus dos novillos, Lozano los lanceó con decisión y gusto a la verónica, y en ambos se justificó sobradamente en el tercio final. Pecó de rapidez, no estuvo certero al matar, pero demostró su hambre de triunfo a pesar de sus escasos recursos. Al último, después de una meritoria faena, lo mató de un pinchazo tan delantero que el novillo cayó fulminado en la arena.
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