Millares de personas siguen el aluvión de conciertos de la Fiesta de la Música
VIENE DE LA PÁGINA 1 Para que el sueño de Arisa pudiera realizarse fue necesario un ejercicio previo de logística que derivó en la distribución piramidal de todos los ejecutantes; a cada lado de la pirámide, un director coordinaba a los músicos, que sólo habían ensayado juntos en una ocasión. Fue seguramente la más espectacular del aluvión de propuestas organizado ayer en Barcelona con motivo de la Fiesta de la Música, la estrella de un programa con otros bocados apetitosos; un programa seguido por un público heterogéneo de millares de personas, imposible de cuantificar por lo abierto de la convocatoria, aunque la organización hablaba ayer de entre 26.000 y 28.000 personas. Melómanos empedernidos o simples curiosos, padres de familia con su pequeño a cuestas, ancianos y grupos de jóvenes ya empiezan a asociar la fecha del 21 de junio con el día de la auténtica explosión de la música en la calle y fueron distribuyéndose -la oferta de géneros abastecía todos los gustos- por los escenarios improvisados en toda la ciudad. El director del Instituto de Cultura de Barcelona -organizador de la fiesta-, Ferran Mascarell, se mostraba convencido de que el tiempo jugará a favor de la consolidación de esta. A lo largo de la jornada de ayer hubo diversas citas curiosas. Entre ellas, la que se dieron en el parque de la Ciutadella todas las bandas de música de Barcelona, dirigidas por Josep Mut; la Musicalesa, un continuo paseo en coche de caballos, Rambla arriba, Rambla abajo, de grupos de jazz y música cubana que añadieron color a la ya de por sí agitada tarde dominical en la zona; el recorrido concierto por las exposiciones del Macba, y las actuaciones organizadas en espacios emblemáticos de la ciudad, como las capillas de Santa Àgata y la Esperança; los patios Llimona, Manning y el del museo de arte precolombino, y los jardines de la Biblioteca de Cataluña. Fue una explosión de conciertos gratuitos aptos para cualquier paladar en la que desde el rock a la ópera, pasando por el jazz, los ritmos clásicos y el canto coral, todo amante de la música pudo encontrar su sintonía.
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