El Ayuntamiento pide al juez que precinte obras ilegales en Poblenou
El Ayuntamiento de Barcelona ha observado irregularidades en cuatro edificios industriales del distrito de Sant Martí en los que se realizan obras. En todos ellos se dan discrepancias entre las licencias solicitadas y las obras realizadas. En un caso, los responsables del distrito trataron el pasado martes de precintar las obras, pero toparon con la negativa de los propietarios. El siguiente paso ha sido pedir al juez que sea él quien las precinte. En otros cuatro casos no se han encontrado irregularidades.
La guerra de los lofts sigue abierta. Las inspecciones hechas por el distrito de Sant Martí han descubierto en cuatro edificios desviaciones en las obras respecto a las licencias concedidas. En todos los casos se trata del mismo asunto con ligeras variantes: un promotor pide una licencia para rehabilitar un edificio industrial, en el que no pueden ser construidas viviendas, y al final los espacios acaban siendo destinados a uso residencial. Hay casos en los que es el propio promotor el que realiza las obras y vende directamente como residencial un espacio que no lo es; en otro, el promotor vende un espacio vacío calificado como industrial y el comprador lo convierte en vivienda. El distrito de Sant Martí, al que pertenece el área de Poblenou y la Vila Olímpica, en cuyos límites se han destacado los casos, está decidido a que se cumpla la ley. No rechaza la fórmula cuando es clara. "Estamos a favor de las nuevas formas de ciudad", explica el concejal del distrito, Francisco Narváez, "es decir, nos parece bien que un artista compre una nave, la use y se ponga en ella una cama, un fogón y una estufa para el invierno. Pero de ahí a hacer un baño, una cocina y cuatro habitaciones, hay una gran distancia". Y también un precio muy distinto según la calificación del suelo. El pasado martes, el distrito trató de precintar las obras que se realizan en el edificio que ocupa los números 189 y 191 de la avenida de Icària; pero, a causa de la oposición de los vecinos, no lo logró. Dos semanas antes se había comprobado que no se habían paralizado las obras, contrariamente a lo que establecía una orden de la alcaldía de 15 de mayo. El caso está ya en manos del juez. Es voluntad del municipio que se destruyan las obras. Situaciones similares, sin orden de paralización, se dan en el 193 de la misma calle, en el 129-133 de la calle de Llull y en el 12 de la calle de Álaba.
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