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Los mercados mundiales se tranquilizan ante la intervención de EE UU en defensa del yen

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, tras recibir una desesperada petición de ayuda del primer ministro japonés, Ryutaro Hashimoto, ordenó ayer una masiva y pública intervención norteamericana en defensa del yen, que fortificó de inmediato a la divisa japonesa e introdujo el optimismo en los mercados. El yen se cotizaba ayer en torno a 136 frente al dólar contra los 146 del lunes pasado. Por su parte, el ministro francés de Economía, Dominique Strauss-Khan, anunció que el próximo sábado habrá una reunión extraordinaria de los viceministros económicos del G-7 en Tokio.

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La masiva compra de yenes con dólares de ayer es la primera intervención en tres años de las autoridades estadounidenses en los mercados internacionales de divisas. Washington subrayó que no se trata de una intervención puntual y dejó abierta la puerta a nuevas actuaciones en defensa del yen.Los mercados tuvieron el primer signo del cambio de actitud estadounidense cuando a la apertura de las actividades en Estados Unidos el Banco de la Reserva Federal de Nueva York empezó a comprar yenes. Inmediatamente después, llegó la confirmación de que esa entidad estaba actuando por instrucciones del departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Colaboración con Tokio

"Las autoridades monetarias de Estados Unidos", dijo en un comunicado Robert Rubin, secretario del Tesoro, "estan actuando esta mañana en los mercados de divisas en cooperación con las autoridades monetarias de Japón". Rubin añadió: "Estamos preparados para continuar esa cooperación en los mercados de divisas si es necesario". Esa actitud, señaló el secretario del Tesoro, se inscribe en un proyecto de cooperación entre Washington y Tokio para restaurar la debilitada salud del sistema financiero japonés.El lunes, la cotización del yen frente al dólar cayó a su nivel más bajo en nueve años: 146,60. Pero la noticia del activismo estadounidense provocó ayer una inmediata recuperación hasta 138,20 yenes por dólar en las primeras horas de cotización en Nueva York. Desde febrero de 1995 las autoridades monetarias estadounidenses no intervenían en defensa de la divisa japonesa.

El propio Rubin descartó la pasada semana una ayuda norteamericana al yen, subrayando que los problemas japoneses debían ser resueltos por las autoridades de Tokio.

Muchos analistas y operadores pusieron el acento en las ventajas de la debilidad japonesa para el mantenimiento de un bajo nivel de inflación en Estados Unidos, un elemento decisivo en la salud económica de la que disfruta la superpotencia. Pero la persistencia de la crisis, con las inquietudes mundiales que suscita, llevó ayer a Washington a un cambio de política.

La conversación telefónica que sostuvieron en la noche del martes el presidente Clinton y el primer ministro japonés Hashimoto fue decisiva. Hashimoto le pintó a Clinton un cuadro alarmante y el presidente de Estados Unidos decidió ayudarle, pero con una condición: que Japón empiece a efectuar las necesarias reformas de su sistema. Tras esa conversación, Clinton ordenó a Rubin que interviniera en los mercados y despachó a Tokio al secretario adjunto del Tesoro, Lawrence Summers. Éste celebrará allí reuniones con las autoridades japonesas para encontrar soluciones estables a la crisis.

Clinton dijo estar "muy animado por la declaración del primer ministro de que tiene la intención de realizar una reforma agresiva de las instituciones bancarias". El presidente estadounidense consideró que "es muy importante que Japón tome algunas medidas críticas y que si lo hacen les apoyaremos".

Los medios financieros de Estados Unidos reclamaron ayer a su Gobierno que no abandone la política del dólar fuerte e insistieron en que debe presionar a Japón para que efectúe reformas en su sistema. Esos medios interpretaban la intervención como un alivio a la situación de las divisas asiáticas y como un cortafuegos ante una posible devaluación del yuan chino.

El viceministro de Asuntos Exteriores chino, Sun Zhenyu, volvió ayer a advertir que si el yen continúa depreciándose frente al dólar, esto podría forzar a China a devaluar el yuan si las exportaciones del país disminuyen demasiado. China ya hizo esta advertencia antes, pero ayer lo hizo abiertamente y por primera vez, por boca de un alto funcionario del Gobierno.

Algunos analistas financieros creen que China podría utilizar la excusa de la debilidad del yen para romper su promesa de no devaluar el yuan, aún cuando no haya suficiente presión para tomar esta medida.

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