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Diplomacia para Kosovo

Los desafiantes ataques aéreos que la OTAN planea realizar el lunes en los Balcanes son una respuesta oportuna y razonable a la creciente violencia militarizada orquestada por Milosevic, el presidente yugoslavo, en la provincia serbia de Kosovo. Como se ha podido ver con Irak este año, la diplomacia respaldada por una prueba de fuerza puede convencer a un líder que nunca responde a la persuasión internacional de las buenas maneras. Según fue empeorando la crisis de Kosovo estas últimas semanas, Washington trató de animarles a una solución negociada ofreciendo liberar a Serbia de sus sanciones económicas. Cuando esto no consiguió disuadir a Milosevic de las acciones militares, Estados Unidos y sus aliados lanzaron claras advertencias de que su paciencia se estaba acabando. Todas las potencias internacionales, incluida Rusia, coinciden en que las fuerzas de Milosevic son las principales responsables de la creciente violencia contra la mayoría albanesa de Kosovo. (...) Esta prueba de fuerza es parte de una estrategia diplomática internacional. La Administración de Clinton tiene razón al mantener que su triunfo consiste en una solución diplomática, no en una militar. Yeltsin puede ayudar, a triunfar a la diplomacia si se mantiene firme con Milosevic en Moscú el martes. (...) Este mensaje claro de Rusia, unido a la demostración de fuerza aérea de la OTAN, debería convencer a Milosevic de dar marcha atrás., 15 de junio

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