Miles de cubanos ponen su destino en manos de la lotería de visados a EE UU

«Sí. Yo me quiero ir de aquí pa ' l carajo», admitía sin reservas, y ante la mirada atenta de un policía, un cubano de unos 25 años, mientras hacía una larga y febril cola ante la oficina de Correos del edificio Focsa. El joven anónimo formaba parte de una improvisada avalancha de cubanos que ayer se precipitaron a la calle con un solo objetivo: enviar una carta a la Sección de Intereses de EE UU en La Habana (SINA) para participar en la lotería migratoria que realiza Washington cada dos años en la isla.

En la última, 435.000 cubanos -aproximadamente un 4% de la población cubana- se anotaron en este peculiar bombo de visado en el breve plazo de un mes. El revuelo de ayer se explica porque era el primer día hábil para enviar las cartas al Sina. Éstas, según dispusieron los organizadores, únicamente deben contener el nombre del concursante, su edad, dirección, estado civil y los nombres de los hijos menores de 21 años. La Sina sólo aceptará las cartas enviadas antes del próximo 15 de julio, de ahí la excitación, pues la lotería es la única oportunidad para emigrar a Estados Unidos que tienen aquellas personas que no cumplen los rígidos requisitos norteamericanos para obtener un visado de emigrante. El bombo, así bautizado por los cubanos, se hizo posible gracias a los acuerdos migratorios de 1994 y 1995, que pusieron fin a la crisis de las balseros. Según dichos acuerdos, EEUU está obligado a conceder al año un mínimo de 20.000 visados. La primera lotería fue la de 1995, en la que se inscribieron 189.000 cubanos. De ese bombo se beneficiaron 12.900 personas, de las cuales 5.400 viajaron a Estados Unidos ese mismo año y 7.500 en 1996. El sorteo de hace dos años rompió todos los récords: se anotaron 435.000 cubanos. Unas 8.700 personas emigraron por esta vía a EE UU en 1997 y cifra similar lo hará este año. Según fuentes del Sina, se espera que en esta ocasión el número de aspirantes a emigrantes crezca sustancialmente, dada la situación económica de la isla.