Las últimas parroquias de la franja de Aragón dejan de ser de Lleida

El obispo de Lleida, Ramon Malla, expresó ayer su tristeza al celebrar su última misa en la iglesia de Santa María la Mayor de Tamarite, una de las 27 parroquias de la franja oriental de Aragón que todavía estaban bajo su jurisdicción y que desde hoy dependerán de la nueva diócesis de Barbastro-Monzón. Así culmina un polémico y doloroso proceso de segregación, iniciado hace tres años, de 111 parroquias oscenses que durante ocho siglos han pertenecido a la diócesis leridana.

Al igual que hiciera el sábado en Fraga, Malla se desplazó a Tamarite de Litera para despedirse de sus feligreses aragoneses. Y lo hizo con un doble sentimiento de alegría y de tristeza porque, según sus palabras: "A partir de ahora ya no tendré derecho a venir aquí como obispo vuestro". Antes de comenzar la ceremonia religiosa, el prelado leridano leyó una carta de despedida en la que lamentó que el cambio jurídico signifique romper una expresión de afecto de tanto tiempo. Malla, que lleva 30 años como obispo de Lleida, resaltó que durante todo este tiempo le ha resultado fácil sintonizar con los feligreses de la zona aragonesa y con sus particularidades, en particular con las lingüísticas, que le han hecho sentirse un aragonés más. También les felicitó por haber aceptado con respeto la decisión de Roma, pero lamentó que hayan prevalecido los criterios políticos por encima de los históricos, sociológicos y lingüísticos. La modificación de los límites diocesanos acordada en 1995 por la Santa Sede supone para la diócesis de Lleida perder la mitad de su superficie y más de 68.000 feligreses. Esta decisión salomónica de traspasar a Aragón 111 parroquias a cambio de compensar territorialmente al obispado catalán, algo que aún no ha sido estudiado, ha tenido la virtud de no contentar a nadie. Ha acallado aparentemente las reivindicaciones aragonesistas, pero al mismo tiempo ha abierto la puerta a otros conflictos, como el relacionado con la propiedad del patrimonio artístico de las iglesias traspasadas, depositado desde hace décadas en dependencias del episcopado de Lleida.