Viva la diva
El recinto entero rebosaba de público entregado a esta peculiar y atrevidísima artista, a la que avalan ya ocho discos de platino sólo en nuestro país -millones de copias vendidas en todo el mundo-. A los acordes de Palabra de mujer, tema que da título a su único disco hasta la fecha, Mónica Naranjo emergía subida a una plataforma iluminada, derramando desde el segundo uno ese glam ambiguo que enganchó desde sus inicios como artista a su carro a la tropa más nutrida de sus enfervorizados seguidores: el colectivo gay. Con ese sonido suyo -disco con sabor a años setenta, bar de ambiente y apasionamiento a raudales- la masa comenzó una ceremonia de botes, cánticos y palmas hasta la finalización del concierto.Antes de comenzar su segundo tema, Sola, Monica casi vertió unas lágrimas de emoción . Después el primer guiño a la pluma volátil con Entender el amor. Para entonces la noche ya era suya. Hay que decir que, musicalmente, la cosa tiene su trampilla ya que continuamente puede jugarse a identificar a qué otra canción conocida te suena cada uno de sus temas. Pero la puesta en escena era impecablemente lujosa, recordando a veces a Madonna, los músicos excelentes, el sonido correcto, las luces bonitas y las evoluciones de Mónica las de una diosa que hubiera ensayado su papel durante siglos. A pesar de que el concierto bajaba ostensiblemente en los temas lentos , el apoteosis se mantenía merced a las canciones movidas. Fue un concierto apoteósico a cargo de toda una diva que merece lo que ha conseguido, trabajándolo a pulso.
Mónica Naranjo
Mónica Naranjo (voz), Javier Quílez (bajo), Óscar Herrero (batería), Javier Coble y Javier Mora (teclados), Pau Martínez (percusión), Alberto Zapata (guitarra) y Alicia López, Mª José Martín-Posadillo, Mauricio Jiménez y Ricardo Moreno (coristas-bailarines). Palacio de los Deportes. 2.500 pts. Madrid, viernes 12 de Junio.