TRANSTERRADOS DEL 98

Eulalio Ferrer, autor de La lucha de frases, era un jovencísimo periodista santanderino, militante de las Juventudes Socialistas, cuando emprendió el camino del exilio hacia México , donde triunfó como empresario y escritor, hasta llegar a la Academia de aquel país. Pero antes hubo de sufrir en 1939 una breve, pero terrible, estancia en un campo de concentración francés, que ha contado en su hermoso libro Entre alambradas. Esta semana Ferrer volvió a Madrid para hablar de la Generación del 98 vista por uno de los grandes escritores mexicanos, Alfonso Reyes. Lo hizo en el salón Bolívar de La Casa de América, ante el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés, varios políticos del PSOE y numerosos académicos y escritores. De todos los aspectos de la vida de Reyes, la de su exilio en España, entre 1914 y 1924, fue la más comentada, sobre todo por su amistad con los grandes de su generación, en especial con Valle Inclán, Azaña y Azorín. Pero donde la voz de Ferrer se quebró de emoción fue cuando relató el papel protector de Reyes con los transterrados españoles, bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas, que le nombró presidente de la Casa de España. El antiguo exiliado de la dictadura de Porfirio Díaz recibe a los exiliados de la dictadura de Franco exclamando «¡qué huespedes tan distinguidos», contó Ferrer.