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Tribuna
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Un bloque de cemento

Jorge Valdano

... Noruega es un equipo tan físico que cuando uno les pide definiciones sobre los jugadores a los periodistas te dan datos de altura y peso. Cuando el análisis llega a los hermanos Flo (tres gigantescos futbolistas), el poder de síntesis es admirable: "Tenemos seis metros de Flo".... Noruega es un bloque de cemento. Dice Olsen, su entrenador, que si él fuera el entrenador de Brasil la selección no perdería nunca. A lo mejor Brasil no perdería un solo partido de aquí a la eternidad, pero el mundo perdería a Brasil, que, por obra y desgracia de Olsen, se convertiría, con historia y todo, en otro bloque de cemento. Mejor será que Olsen siga ganando, pero ¿dónde está?

... Marruecos, en su partido frente a Noruega, hizo dos obras de arte (dos grandes goles en el día inaugural del Mundial) y los tiró a la basura un minuto después (le regaló dos goles indignos a su rival). Marruecos hace un fútbol interesante, pero terminará en la lona. Saber jugar también significa saber defenderse.

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... Creo más en Ronaldo que en Brasil. Pero no alcanza con Ronaldo sin Brasil.

... La técnica y la imaginación, el esfuerzo y la disciplina, el azar y el error arbitral, los estados de ánimo que suben por una escalera y bajan por un tobogán... ¿Qué decide un partido? Los jugadores, el entrenador, el calor de la afición, la seriedad de un presidente, la influencia de los medios que venden ilusión o conflicto según mercado (como la merluza)... ¿Qué decide un campeonato? La pasión, la estética, la lucha, el amor a unos colores, el odio al rival, la incertidumbre del resultado... ¿Qué decide que volvamos al fútbol? Una camiseta que está incorporada a nuestro sentimiento, la identificación con nuestra tribu, los mitos y los ritos, Berlusconi, Jesús Gil y Ruiz-Mateos... ¿Qué decide nuestra fidelidad a un equipo? El recuerdo de la infancia, la búsqueda de una identidad, el deseo de venganza, la catarsis social, la multiplicadora televisión, la emoción, la alegría,... ¿Para qué tantas preguntas?

... La presión (que será estrella de este campeonato) es más fácil hacerla sobre la raya que en el medio de la cancha, de la misma manera que es más fácil atrapar un gato en un callejón sin salida que en un baldío. Empieza a verse cómo los equipos ponen en las bandas todas las trampas de la recuperación. Algunos se pasan.

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