Los Comunes dejan a Murdoch bajar los precios de los periódicos

El magnate de la comunicación, Rupert Murdoch, ha salvado un obstáculo legislativo que amenazaba con poner fin a la guerra de precios que su empresa, News International, mantiene en el Reino Unido desde 1993. Una enmienda específicamente relacionada con la industria periodística, aprobada por la Cámara de los Lores, pero a la que se oponía el Gobierno laborista, cayó el martes durante la segunda revisión en los Comunes del proyecto de ley sobre competencia industrial.El Gobierno de Tony Blair defiende que el proyecto, que situará la legislación británica en línea con la europea, incluye las salvaguardas necesarias para evitar precios agresivos por parte de compañías con fuerte presencia en un sector. "Es innecesaria y podría tener serios efectos perjudiciales para la industria de los periódicos", dijo Ian McCartney, secretario de Estado en el Ministerio de Comercio e Industria, en relación a la llamada enmienda contra Murdoch.

Prohibir la guerra de precios es, según el Gobierno, una iniciativa confusa y de difícil puesta en práctica, puesto que podría aplicarse también a las promociones que realizan todos los rotativos británicos. Sin embargo, la política de News International, que ha llegado a vender su buque insignia, The Times, por debajo de los precios de producción durante una temporada prolongada, es única en el mercado.

The Independent es el rotativo más afectado, sin olvidar a The Guardian. Pero algunos analistas creen que la guerra perjudica algunos intereses del propio Murdoch: la reciente caída en circulación de The Sun, líder de los tabloides, se interpreta en función de la agresividad de los precios de News International. De acuerdo con esta teoría, The Times no sólo ganó lectores de The Independent, sino también de The Sun cuando su precio cayó a 10 peniques (unas 25 pesetas).

El proyecto de ley está siendo una prueba de fuego para Blair. Durante las elecciones generales, los periódicos de Murdoch cambiaron su tradicional apoyo a los conservadores para volcarse en el proyecto del nuevo laborismo

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