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La policía disuelve una manifestación pacifista internacional en Jerusalén

Centenares de pacifistas de varias nacionalidades que participaban en un congreso bajo el nombre de 50 años de violación de derechos humanos, en alusión al medio siglo transcurrido desde la fundación del Estado de Israel, se congregaron ayer en Jerusalén ante el asentamiento judío del barrio árabe de Silwan. La manifestación, tras la violenta carga de la policía, dejó al menos media docena de heridos.En una posterior manifestación, jóvenes palestinos y militantes de la organización pacifista israelí Paz Ahora desfilaron por el interior de la ciudad antigua mientras cantaban Venceremos, un himno que se hizo clásico en las movilizaciones estadounidenses en defensa de los derechos civiles.

La tensión amenaza con desbordarse en Jerusalén y en Gaza, donde un joven de 23 años, vecino del campo de refugiados de Jan Younis, murió el martes por la noche de un disparo efectuado por un soldado israelí apostado en el asentamiento judío de Moraga, en el sur del territorio autónomo palestino. Según un portavoz del Ejército israelí, el soldado disparó sobre el muchacho porque trataba de depositar una bomba en la colonia, versión que ha sido desmentida por la policía palestina.

El Gobierno palestino, por su parte, ha convocado una movilización general para protestar contra la oleada de nuevos asentamientos judíos en el Jerusalén oriental. El llamamiento se ha efectuado pocas horas después de que la Administración israelí otorgara permiso a una comunidad ultraortodoxa para construir 48 viviendas en el monte de los Olivos.

«Llamamos a nuestros hermanos a organizarse para defender sus tierras por todos los medios», anunció en Gaza el secretario del Gobierno palestino, Ahmed Abed el Rahman, al conocer la decisión del Ministerio del Interior israelí de dejar que los promotores de un seminario rabínico puedan ampliar sus instalaciones en el monte de los Olivos, lo que supone la construcción de medio centenar de viviendas. El proyecto llevaba congelado más de cuatro años por razones diplomáticas y está financiado por el millonario norteamericano Irwing Moskowitz, que en los últimos tiempos ha impulsado a través de organizaciones radicales otros polémicos y provocadores proyectos urbanísticos como el del túnel de los Asmodeos.

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