El ex coronel Perote reconoce que fabricó dos sellos del GAL

El ex agente del Cesid Juan Alberto Perote declaró ayer que entre 1984 y 1985 realizó dos sellos con el anagrama de los GAL por encargo de la Guardia Civil. Uno de ellos con la leyenda de Grupos Armados y otro con la de Grupos de Liberación. Aunque él los entregó a la Dirección General de la Guardia Civil, aseguró que a través del comisario Francisco Álvarez, supo que "uno de esos sellos había llegado al Ministerio del Interior".

El ex coronel explicó que el 28 de septiembre de 1983 informó al director del Cesid, general Emilio Alonso Manglano, sobre la inminencia de acciones contra ETA en el sur de Francia. Indicó que se lo dijo para saber si la Administración las apoyaba, convencido de que se lo iba a transmitir al ministro de Defensa o al presidente del Gobierno, y en el caso de que no fuera así, las paralizase.

Indicó que le constaba que se habían puesto en práctica dichas actividades por hechos posteriores. Entre éstos citó el intento de secuestro del etarra Larretxea Goñi, el secuestro de Segundo Marey y la desaparición de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, ocurridos en Francia en 1983.

Según el testigo, conoció previamente el inicio de estas operaciones tras la visita del sargento Gómez [en el sumario cita al hoy capitán de la Guardia Civil Pedro Gómez Nieto] destinado en la comandancia de San Sebastián, que le transmitió su "inquietud" por tener que participar en estas actividades sin saber si contaban con el respaldo de la Administración, pues, en caso contrario, recaería sobre ellos toda la responsabilidad.

Acta fundacional

Respecto al acta fundacional de los GAL del 6 de julio de 1983, afirmó que se lo entregó a Manglano y que no sabe si éste se lo dio a otras personas, aunque el ex gobernador civil de Vizcaya, Julián Sancristóbal, le confió más tarde que lo había visto en el despacho del entonces ministro de Defensa, Narcís Serra.Perote hubo de admitir que párrafos enteros del acta fundacional están copiados literalmente de un libro titulado Estudio confidencial de la Lucha Antiterrorista, editado por el Cesid en 1979. "Pudo ser ese libro como cualquier otro. Sin lugar a dudas cualquier libro sobre terrorismo ha podido influir. Es parte de la cultura profesional".

El presidente del tribunal, Jiménez Villarejo, interrumpió en varias ocasiones al testigo para evitar que contestase sobre aspectos del funcionamiento del Cesid, al tratarse, según el juez, de "actividades extraordinariamente sensibles".