Un botín millonario
De las 600 cajas de seguridad que hay en la cámara acorazada de Caixa Laietana de Mataró, 490 fueron reventadas, pero 30, pese a abrirlas, se salvaron del saqueo. De ellas los ladrones no se llevaron nada, lo que refuerza la idea de que la banda iba justa de personal. Sólo arrasaron con el dinero en efectivo y despreciaron joyas y objetos de valor. Esta actuación es típica de los profesionales del rififi, que saben lo que se hacen. Y es que las joyas o los objetos de valor dejan rastro y, a la corta o a la larga, este rastro acababa conduciendo a los ladrones; el dinero, en cambio, pasa de mano en mano sin que nadie sepa a ciencia cierta quién fue su dueño anterior. A la información privilegiada de que disponía la banda sobre los sistemas de seguridad es probable que se añadiera que las cajas de seguridad contenían muchísimos millones en dinero negro Nadie aventura cuánto dinero desapareció. Caixa Laietana lo cifra en 500 millones. Dada la opacidad con la que se mueve este dinero, será difícil saber con exactitud la cantidad robada. Hay quien dice que multiplica por cinco la reconocida oficialmente.
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