La reforma de Mendizorroza hace peligrar el debut del Alavés

Vitoria ha esperado 42 años para acoger un partido del Alavés en Primera División y, seguramente, tendrá que seguir aguardando varias semanas más porque es posible que sus dos primeros partidos como local no los dispute en Mendizorroza. El Ayuntamiento tiene ya decidida la empresa a la que adjudicará las obras de reforma, que ampliarán el aforo del campo de las 15.000 localidades actuales hasta las 20.000, pero la firma del contrato administrativo se ha dilatado como pronto hasta el próximo viernes. Según el alcalde, José Ángel Cuerda, hacerlo en la comisión de gobierno de ayer habría sido "precipitado". Esta decisión sorprendió en el club vitoriano, que esperaba acortar los plazos. Sin embargo, la reforma no se concluirá antes del 20 de septiembre, fecha en que terminan los cien días a los que se ha comprometido la empresa adjudicataria, Bikani, para terminar las obras. Para entonces, el Alavés habrá disputado dos partidos como local: el primero el 30 de agosto ante el Betis y el segundo, el 13 de septiembre. Por tanto, lo más probable es que el equipo vitoriano tenga que pedir prestado el campo de fútbol a alguno de los clubes vecinos, posiblemente Osasuna o Athletic. El proyecto de reforma no incluye la eliminación de las columnas en las gradas, que dificultan la visión a los espectadores. Ampliación de Anoeta Mientras, en San Sebastián, el estadio de Anoeta contará con un total de 2.583 localidades más la próxima temporada, con lo que su capacidad total se situará en los 32.000 espectadores, según informó ayer Iñaki Otegi, gerente de la Real Sociedad. Otegi avanzó que las obras de ampliación ya se han iniciado y está previsto que el nuevo aforo se haya completado para finales de junio, por lo que se podrá estrenar en los partidos de pretemporada que la Real Sociedad dispute en agosto. Las localidades incorporadas serán 2.583, distribuidas a lo largo de seis filas en los fondos norte y sur, en una estructura metálica, ya que, según explicó, una de hormigón tendría demasiado peso y dificultaría la visibilidad de los espectadores de las filas nferiores. El presupuesto de la obra, que se realizará en el mismo color azul de los demás asientos, se aproxima a los 100 millones de pesetas.