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El Guggenheim subirá un 43% el precio de sus entradas para la exposición de arte y cultura chinos

La exposición China: 5.000 años, un exhaustivo recorrido por el arte y la cultura chinos desde el Neolítico al siglo XX a través de 500 piezas, no sólo cambiará el contenido de la mayor parte del Museo Guggenheim. El carácter extraordinario de la muestra también repercutirá en el precio de las entradas. Ver la exposición, que se inaugurará en su totalidad el día 17 de julio, costará 1.000 pesetas a cada visitante, un 42,8% más que el precio actual (700 pesetas). El arquitecto japonés Arata Isozaki se encargará de diseñar la exhibición, como ya hizo en Nueva York.

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Un baile de manchas de color

El progresivo cierre de salas para iniciar las tareas de preparación de la exposición sobre China ya ha comenzado. Hasta que esté lista la muestra, la más importante de cultura china que se ha visto fuera de las fronteras del país asiático, el recorrido de los visitantes por las salas del museo quedará sensiblemente restringido. Para compensar la decepción, en esta etapa intermedia, el precio de las entradas ha sido reducido a la mitad (350 pesetas). Las dimensiones de la exposición, que en su presentación en Nueva York ocupó las dos sedes que la Fundación Guggenheim tiene en Nueva York, ha recomendado abrirla al público progresivamente. Los visitantes podrán acceder a la primera parte de la muestra, las salas dedicadas a la China moderna, a partir del 28 de junio. La totalidad de la muestra, que ocupará la mayor parte de la superficie expositiva del Guggenheim, no se abrirá hasta el próximo 17 de julio, fecha en la que está prevista la inauguración oficial. Arata Isozaki, autor de la reforma del edificio del SoHo neoyorquino donde el Guggenheim tiene su segunda sede en la ciudad, se encargará de diseñar el montaje de Bilbao. Isozaki ha trabajado en colaboración con el arquitecto Frank O. Gehry, ya que el proyecto difiere del presentado en Nueva York en febrero y deberá adaptarse a los irregulares espacios de exposición del museo. El director de la Fundación Guggenheim de Nueva York, Thomas Krens, ha desplegado toda su capacidad de seducción para conseguir que Isozaki aceptara. Krens, amigo personal del arquitecto, quería contar con una persona de origen oriental para que la exhibición no resultará artificiosa.

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