Los municipios de la periferia de la capital sufren un aumento de los delitos de un 45%

La tasa delictiva ha aumentado un 45% en los municipios de la periferia de Madrid -con Fuenlabrada, Móstoles y Alcorcón a la cabeza- durante el último quinquenio. Sólo en 1997, las ciudades de la periferia registraron un 5,5% más de delitos que en 1996, frente al 1% de la capital, donde se ha estabilizado la criminalidad. El desplazamiento delictivo al extrarradio resulta paralelo al progresivo aumento demográfico en esas zonas, según destacó ayer el fiscal jefe de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, durante la presentación de la memoria de actividades correspondiente a 1997.

El informe de la fiscalía revela un espectacular descenso en la Comunidad de los delitos de violaciones (un 66% menos), de los homicidios (28%) y de las detenciones por tráfico de drogas duras (un 13% menos). Por contra, en 1997 aumentaron un 35% las agresiones sexuales y las denuncias y atestados contra personas que conducían bajo lo efectos del alcohol (casi un 15%).La memoria ofrece una explicación sobre la inquietud de muchos usuarios sobre el destino que se da a sus denuncias. Los jueces de Madrid archivaron el año pasado un 85% de las 462.000 denuncias y procedimientos judiciales que se abrieron. En 368.000 casos, el carpetazo judicial se debió a que los jueces ignoraban la identidad del autor del hecho denunciado. En otros 26.500 casos, el archivo se debió a que lo denunciado no constituía delito. En síntesis: sólo un 15% de los procedimientos judiciales abiertos en 1997, porcentaje que se reduce al 12% si se excluyen las faltas -acciones menos graves que el delito-, continuó el trámite judicial adecuado. Los delitos contra la propiedad -robos, tirones...- fueron los que más decisiones de archivo soportaron ante la dificultad de localizar al caco.

El fiscal jefe de Madrid calificó ayer de "mala noticia" el aumento delictivo en el extrarradio de Madrid, y sobre todo el importante aumento de delitos contra el patrimonio y de drogas registrado en la zona norte el año pasado (un 11% más). La memoria matiza que un 66% del total de delitos o faltas registrados en la Comunidad -462.000- se perpetró en la capital; y el resto (157.392), en los municipios.

En cuanto a los detenidos, 21.540 personas pasaron en 1997 a disposición judicial, lo que significa un 1,5% menos que en 1996. Los fiscales solicitaron prisión preventiva en el 94% de los casos, y los jueces acordaron prisión en casi el 87% de esas peticiones. Fernández Bermejo subrayó que un 90% de los ingresos en prisión se deben a tráfico de drogas y robos violentos. El patrimonio, dijo, sigue siendo el más atacado, pues acumula el 83% de la tasa delictiva.

Los delitos contra las personas representaron un 9,4%. Entre los delitos contra el patrimonio, en 1997 se estabilizó el hurto, aumentó el robo con fuerza, en un 10%, y, ligeramente, el robo con violencia, en un 1,6%. También aumentaron los robos de vehículos, un 8%, y las estafas y apropiaciones indebidas en un 25%, mientras que hubo un descenso general respecto a las drogas duras (un 13,12%).

Vejaciones en las cárceles

La memoria del fiscal subraya también, dentro del apartado sobre el seguimiento de las ocho cárceles que existen en la región, un espectacular incremento de las quejas por vejaciones y maltrato verbal por parte de funcionarios. La fiscalía recibió el año pasado un total de 991 quejas de internos, 30 de ellas (un 4%) fueron "por trato indebido". Esas 30 quejas representan un incremento del 150% respecto a las tramitadas en 1996 sobre este asunto. "El aumento de este tipo de quejas es algo que nos preocupa mucho", resaltó ayer el fiscal jefe de Madrid.Con todo, la mayoría de las quejas de los presos madrileños se debió "a la ausencia de la más elemental información sobre sus procesos judiciales, debida", según la memoria, " a un déficit de asistencia letrada o falta de comunicación con los letrados", destacó Fernández Bermejo, en clara alusión al turno de oficio.

En el apartado de menores, el fiscal jefe de Madrid hizo un llamamiento a las instituciones para que atiendan eficazmente, con más medios, la salud mental de muchos chicos que precisan asistencia psiquiátrica. Son menores que crean un gran sufrimiento familiar y que, si no se les trata adecuadamente, pueden llegar a delinquir. "Hay que sembrar para recoger", advirtió. Destacó, asimismo, que la fiscalía apuesta por vías alternativas a las judiciales (limpieza de jardines, pedir perdón al ofendido; en definitiva, concienciar al menor del mal) para corregir las conductas de menores que se ven inmersos en pequeños delitos.

En materia de medio ambiente, el fiscal jefe de Madrid subrayó la profusa actividad de su departamento (en 1997 se interpusieron 18 querellas por delitos ecológicos) y señaló que el objetivo pasa por garantizar que "quien contamine, pague".