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Medio Ambiente reclama banderas azules también para playas semisalvajes

Medio Ambiente ha solicitado a la Fundación para la Educación Ambiental en Europa, entidad que todos los años otorga las turísticas banderas azules, que también se instaure un galardón para premiar aquellas playas semisalvajes que, disfrutando de una calidad óptima de las aguas, carezcan de infraestructuras porque todavía conserven sus valores paisajísticos.

La consejería dio ayer a conocer que la Comunidad Valenciana ha vuelto a quedar, con 76 banderas azules para otras tantas playas, como la segunda autonomía española detrás de Cataluña, que ha ganado 82. El litoral valenciano lucirá así este verano dos galardones más que en 1997. Y los afortunados son nueve municipios de Castellón (18 playas), otros nueve de Valencia (14) y 18 de Alicante (44). No obstante, han perdido su bandera ocho playas que sí la disfrutaron en 1997. La mayoría ha perdido su enseña por sufrir obras de restauración de sus accesos o paseos marítimos. Sólo dos han experimentado una pérdida de calidad de las aguas, al pasar de nivel óptimo para el baño a sólo apto: La Llastra, en Sueca, y una de las tres zonas de L"Aigua Blava, en Oliva. Para compensar, otras 10 que no la tenían colgarán su divisa. Por su parte, Gloria Arnandis, directora general de Calidad Ambiental, explicó que hay que premiar a aquellos ayuntamientos que han hecho esfuerzos para mantener lo más intactos posibles los escasos puntos del litoral que aún no han sido acosados por el cemento de los apartamentos y las baldosas de los paseos marítimos. Sólo una playa de este tipo, la de Les Pesqueres-Rebollo, en Elche, logra este año lucir la enseña sin deteriorar su paisaje. Se trata de premiar unas playas cuasivírgenes que han escapado con dificultad de la presión urbanística y que todavía presentan sistemas dunares en los que la arena y la vegetación se someten a la dinámica de los vientos y las mareas o que cuentan con pinares que casi se aproximan hasta las olas. Raros valores hasta ahora incompatibles con las banderas azules, que exigen que las playas estén dotadas de duchas, servicios, accesos, puntos de información y zonas de ocio. Un criterio que siempre han criticado los ecologistas al afirmar que las banderas azules premian precisamente a los puntos del litoral más transformados por el hombre. Aparte de las playas, 18 puertos deportivos, uno más (el de Cabo Roig, en Orihuela) que en 1997, lucirán la bandera azul. Como novedad, Arnandis explicó que, en estos puertos, aquellos usuarios de embarcaciones que firmen el Código de conducta en el mar y se comprometan a cumplir sus normas podrán lucir unas banderas azules especiales para barcos.

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