Más de 3.000 muertos por un terremoto que ha devastado el norte de Afganistán
Al menos 3.000 muertos, miles de personas heridas y desaparecidas y medio centenar de aldeas destruidas ha sido el resultado del terremoto que el sábado devastó el montañoso norte de Afganistán. El seísmo, el segundo en la zona en menos de cuatro meses, tuvo una magnitud de 7,1 en la escala de Richter. Las duras condiciones geográficas de la zona, en la que viven unas 60.000 personas, y el mal tiempo están dificultando las labores de ayuda. El epicentro ha sido situado al oeste de Faizabad, capital del montañoso Badajshán, fronterizo con Tayikistán. Las áreas más afectadas por el terremoto han sido las de Rostaq y Chah Ab.
Tanto las autoridades afganas como la oposición -que controla parte del norte del país tras el triunfo de las milicias de los talibán en 1996- han solicitado ayuda urgente a la comunidad internacional. Temen que bajo los escombros estén sepultados miles de aldeanos. El viceministro de Asuntos Exteriores, Abdulá Abdulá, declaró que la cifra de víctimas mortales puede ascender a 5.000. Agencias de la ONU y las organizaciones humanitarias han establecido una vasta operación de socorro para los supervivientes, aunque el plan tropieza con las enormes dificultades para acceder a la zona. «Creo que el terremoto ha sido mucho más grave que el de febrero, porque ha sido más fuerte, muchas de las viviendas estaban ya dañadas y la zona afectada es mucho más amplia», declaró ayer el jefe de la misión de la ONU en Afganistán, Alfredo Witshi-Cestari. El seísmo del 4 de febrero pasado fue de una magnitud de 6,4 en la escala de Richter y causó 4.000 muertos
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