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El Vendrell, Sant Celoni o Torredembarra, nuevos límites de la macrorregión barcelonesa

Milagros Pérez Oliva

VIENE DE LA PÁGINA 1 Aplicado al área de Barcelona, el modelo del censo norteamericano da lugar a cuatro agregaciones vertebradas en torno a un eje central (Barcelona- Sabadell-Terrassa) y dos líneas de expansión, siguiendo la costa en las dos direcciones. El área metropolitana de Barcelona desborda así ampliamente las cinco comarcas de la Región I (Barcelonès, Baix Llobregat, Maresme, Vallès Oriental y Vallès Occidental), como ya indicaba el padrón de 1991, para incorporar ahora plenamente el Garraf y el Alt Penedès. Pero además entran poblaciones como El Vendrell o Sant Celoni y por el sur llega incluso a Torredembarra, el penúltimo municipio de la costa antes de Tarragona. Eso significa que en este momento un tercio de la superficie del área está ya más allá de las siete comarcas que abarca el Plan Territorial Metropolitano que elabora la Generalitat desde hace nueve años. Otras ciudades, como Vilanova o Granollers, han aumentado significativamente su relación con el núcleo central. Vilanova, por ejemplo, tenía en 1991 el 7% de la población que se desplazaba cada día a trabajar a la ciudad de Barcelona. En 1995 este porcentaje había crecido hasta el 10,1%, y el 27% de su población ocupada trabajaba en la primera corona del área de Barcelona. Granollers tenía apenas el 5% de ocupados trabajando en Barcelona ciudad y el 10,5% en la primera corona, por lo que entraba en la tercera agregación. Ahora tiene el 7,8% de personas que trabajan en Barcelona y el 16,8% que lo hacen en la primera agregación. El ejemplo más espectacular es Sitges, que tenía el 16,8% de residentes trabajando en la ciudad de Barcelona y ahora tiene el 25,5%, es decir, uno de cada cuatro habitantes. La autopista A-19, con los túneles del Garraf, ha sido la clave de esta mayor vinculación de Sitges y Vilanova con la capital metropolitana, y su prolongación hasta El Vendrell hace presagiar un fuerte crecimiento en esa dirección. El área crece también hacia el Bages, pero Manresa se mantiene fuera, aunque rodeada de municipios integrados en el área. De hecho, la propia Manresa tiene ya el 7,5% de población ocupada trabajando en Barcelona. El área de Barcelona se configura como un conglomerado que agrupa a su vez a varias áreas internas. Así, Sabadell y Terrassa ejercen como polo metropolitano de siete municipios cada una, y Mataró de 8. Pero el núcleo de expansión más espectacular es Granollers, que tiene en su área de dependencia 23 municipios y se perfila como un importante polo de atracción económica. Además del espectacular crecimiento de la superficie metropolitana, el estudio revela que el área de Barcelona está adoptando un modelo de expansión difusa que se caracteriza por una dispersión cada vez mayor de la población en el territorio. El actual modelo de planeamiento no tiene en cuenta las necesidades de transporte público que comporta la creciente movilidad por razones de trabajo, lo cual origina un gran aumento del parque móvil privado de modo que toda la organización social, comercial, etcétera, pasa a concebirse en función del coche. Desde el punto de vista de la sostenibilidad, es mejor un área compacta, siempre que no alcance niveles de congestión. En el caso del área de Barcelona, mientras la extensión ha crecido el 56% entre 1991 y 1995, la población apenas ha crecido el 4,5% y los puestos de trabajo el 1,6%. Aumentar la difusión puede significar que la relación entre el coste y el beneficio pueda ser negativa. En 1991 el área de Barcelona era una de las más densas de Europa. Concretamente era la primera en la relación población / superficie, y la segunda, después del área de París, en la relación puestos de trabajo / superficie. De acuerdo con el padrón de 1996, al aumentar de forma tan importante la superficie, la densidad ha bajado a 946 habitantes por kilómetro cuadrado, lo que sitúa a Barcelona por detrás de las áreas de Londres, Rin-Ruhr (Colonia, Essen, Düsseldorf) y Randstad (Amsterdam, Rotterdam). En concentración de puestos de trabajo por kilómetro cuadrado también está por detrás de Bruselas, Randstad, Londres y Rin-Ruhr. Pero la población no está repartida en el área de Barcelona de forma homogénea: tiene ámbitos de densidad que llegan a límites de saturación y zonas relativamente despobladas.

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El área de influencia de Barcelona ha crecido un 56% en cinco años
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