La agenda del presidente

El presidente del Gobierno, José María Aznar, pretende limitar sus encuentros con líderes políticos antes del verano al secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, y al presidente de la Generalitat catalana, Jordi Pujol, pese a que inicialmente se barajó desde La Moncloa la apertura de una ronda con todos los partidos para analizar la propuesta de consenso que Aznar ofreció en el debate sobre el estado de la Nación, celebrado hace dos semanas.Aznar ofreció la apertura de un diálogo sobre dos de los aspectos que el PSOE considera urgentes: la cobertura de las vacantes del Tribunal Constitucional y la reforma de la Justicia. Pero también incluyó en el paquete a negociar con el PSOE dos temas de entidad menor, pero a los que el Gobierno concede importancia: la forma de elección de los presidentes de las cajas de ahorros, que depende, a su juicio, excesivamente de los partidos, y el modo de entregar las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) al Parlamento. Al parecer, el Gobierno pretende regresar a la discreción en el uso de estos sondeos que caracterizó la etapa socialista.

Las demás cuestiones que Aznar pretende debatir con los partidos son la reforma del Cesid, la agenda europea 2000, el terrorismo, la cuestión autonómica y la reforma del IRPF, que será el tema estelar del Ejecutivo en esta segunda parte de la legislatura.