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Crece la volatilidad

Los resultados al cierre de los mercados en la sesión de ayer parecían indicar que el miedo había pasado, pero los numerosos altibajos que sufrieron todos los productos financieros demuestran que los inversores no las tienen todas consigo.

La volatilidad volvió a hacer acto de presencia y, con ella, la posibilidad de jugar al todo o nada. Las diferentes alternativas que se sucedieron en la orientación de la sesión, en la que se negociaron 151.237 millones de pesetas en el mercado continuo demuestran que los inversores tienen tanto miedo a quedar atrapados en una fase de bajada como de quedarse fuera de una subida, situación que multiplica la velocidad de los movimientos y los distorsiona. [Wall Street aportó cierta serenidad, con una ganancia de 33,63 puntos al cierre (0,38%). El índice Dow Jones se situó en 8.970,20].

La ausencia de datos preocupantes de los diferentes focos de la crisis permitió esos ajustes en los mercados financieros, entre los que destacaban los que sufría el dólar frente a la mayoría de las divisas, puesto que había sido la moneda estadounidense, junto con el franco suizo y la libra esterlina, la que había servido de refugio momentáneo ante la debilidad del yen y del marco.

Ayer, sin embargo, resultaba casi imposible definir una tendencia para el dólar o cualquier otra de las divisas fuertes. Al igual que en las Bolsas, los inversores montaban y deshacían posiciones a toda prisa para intentar cazar las oportunidades al vuelo.

La peseta se vio perjudicada por esos vaivenes y el cambio medio del Banco de España se situó en 151,71 unidades por dólar, prácticamente dos pesetas por encima del nivel del día anterior. El yen japonés se acercó en algunos momentos a 139 por dólar, pero a última hora de la tarde la divisa estadounidense entró en una nueva fase descendente hasta dejar el cambio en 138,75 yenes. La peseta se cruzaba a 151,15 en esos momentos. La deuda española mantuvo tendencia vendedora durante casi todo el día y la rentabilidad de la emisión a 10 años subió una centésima, hasta el 5,08% al tiempo que el diferencial con la deuda alemana terminaba en 0,19 puntos.

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