Ediles malagueños afirman que la policía de barrio se limita a multar

A un mes de su creación, a la policía de barrio ya le han caído las primeras críticas. El Grupo Mixto (GMM) del Ayuntamiento de Málaga condenó ayer que el "afán recaudatorio" municipal haya desvirtuado su finalidad y reducido su labor a la imposición de multas por mal aparcamiento. "Su funcionamiento deja al descubierto la ineficacia de las áreas de Seguridad y de Urbanismo. Es más fácil multar que diseñar aparcamientos. Debe recuperarse el espíritu de colaboración con el ciudadano para el que fue creada", sostuvo el edil Antonio Herrera. El grupo fundamentó su queja en las "numerosas" protestas de vecinos recibidas en los últimos días y lamentó que los agentes se hayan convertido en "un instrumento más de recaudación" en vez de una herramienta para conocer más a fondo los problemas de seguridad de cada barrio. El balance que hace el movimiento vecinal tampoco le es favorable. El presidente de la federación Unidad, Manuel Morales, se quejó de que los policías hayan "entrado a saco" con las multas, incumpliendo la promesa que hizo la propia alcaldesa, Celia Villalobos, de que primero se advertiría al infractor y que la sanción se aplicaría sólo en caso de reincidencia.