Armendáriz: "El cine vasco es un espejismo porque no ha asentado una industria"

Los efectos secundarios del éxito de Secretos del corazón abruman a un Montxo Armendáriz que encadena homenajes, premios y gratificaciones públicas. La segunda parte de la 14ª Semana de Cine Vasco, que se desarrolla desde ayer en Vitoria, rinde pleitesía al cineasta navarro (Olleta, 1949) con la proyección de toda su filmografía: cuatro cortos y cinco largometrajes. Armendáriz recibió también el premio del público por la cinta nominada en la última edición de los Oscar y asistió a la presentación del libro El cine de Montxo Armendariz. Secretos de la elocuencia, escrito por cuatro especialistas en cine, que desgrana la biografía profesional del laureado director. El homenajeado se siente un poco cansado por las secuelas de su éxito - "uno no sabe cuándo va a conseguir divorciarse de esta película y que empiece a andar sola"-, pero reconoce que los premios otorgados por el público son los más gratificantes "porque llegan de los verdaderos destinatarios" de su cine. El libro presentado en la capital alavesa detalla a lo largo de 350 páginas la trayectoria profesional de Armendáriz e incluye una extensa entrevista con él. "Me veo reflejado como si fuera otra persona, pero me ha servido para refrescar muchas anécdotas", señaló. Armendáriz asume que Secretos del corazón le ha abierto puertas que facilitarán el camino a futuros proyectos, pero se muestra pesimista sobre las expectativas del cine en el País Vasco. "El auge actual es un espejismo", apunta. "En los últimos años ha habido una serie de películas que han conectado con el público y han triunfado en festivales, pero esto se ha producido por una serie de circunstancias que no se han visto acompañadas de un asentamiento de la infraestructura de producción", sostiene. El director destaca que ha descendido el número de películas vascas en el último año por la inexistencia de una consolidación industrial. "Estamos como hace tres o cuatro años, a expensas de que funcionen en taquilla", indica. Ayudas oficiales La política de ayudas oficiales al cine se encuentra en una situación de impasse, según el cineasta navarro. "En el ámbito estatal no está muy claro lo que va a ocurrir, ya que el Ministerio [de Cultura] se halla en fase de aprobar una serie de medidas que no están muy claras. En todo caso, en el cine español no existe posibilidad de amortizar una película si se deja sólo en manos de la recaudación en taquilla". Apela a la colaboración de las televisiones y a la reversión de los impuestos derivados "para que vuelvan al propio cine". Su puntual experiencia en Hollywood le ha servido para realizar una reflexión esperanzadora que afecta a las cinematografías menos dotadas de medios y a las producciones españolas que triunfan en taquilla. "Al cine americano, que cuenta con una planificación y control absoluto del producto, el hecho de que funcionen películas como La buena estrella, Full monthy, Torrente, ... o la mía, les desequilibra absolutamente", indica. Cree que cuando no se siguen los "baremos comerciales" también se llega al público: "Es un estímulo para seguir haciendo el cine en el que uno cree".