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Reportaje:

La vocación de un ingeniero catalán

Rafael Escolá fundó en 1957 Idom, una ingeniería de servicios integrales, que cuenta con 3.000 clientes en el mundo

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A través de la ingeniería bilbaína Idom se puede seguir la evolución de la economía vasca en los últimos 40 años. Fundada en 1957 por el ingeniero catalán Rafael Escolá, la empresa ha acompañado el paso del monocultivo de la industria pesada al florecimiento del sector servicios en el País Vasco. El primer proyecto de la empresa fue la dirección de obra de Laminación de Bandas de Echevarri en 1957, que Fernando Gondra, consejero delegado de La Basconia, encargó a Escolá. La oferta despertó la vocación de ingeniero de Escolá, que decidió cambiar la gerencia de la empresa Edificios y Obras por el proyecto de Altos Hornos de Vizcaya, que supuso una inversión de 1.000 millones de pesetas. En los inicios de la empresa, que entonces se llamaba DOM (Dirección de Obras y Montajes), trabajó mano a mano con el fundador el ingeniero Luis Olartua. Otros proyectos de la desaparecida AHV, La Naval, Babcock Wilcox y Tubacex engordaron la plantilla y la facturación de la firma, que en 1957 se engrosó 1.250.000 pesetas. Escolá pronto traspasó su experiencia empresarial a Barcelona, donde abrió una oficina, a la que seguiría Zaragoza. La expansión fuera del País Vasco llevó a la empresa a duplicar su plantilla entre 1964 y 1965, ocupando a 135 personas. Eran los primeros pasos de un crecimiento sostenido que ha situado a Idom en nueve ciudades españolas y ocho extranjeras, que garantizan su presencia en los principales nichos de mercado. En cifras, la expansión que comenzó a mediados de los 60 supone hoy una cartera de 3.000 clientes en el mundo. Reparto de patrimonio En 1966, la dirección única de Rafael Escolá pasa a ser colectiva, con la creación de una Junta directiva integrada por siete consejeros. La primera decisión del Consejo es repartir el 90% del patrimonio de la firma, hasta entonces en manos del fundador, entre los trabajadores. La bajada de pedidos que registró la firma en 1970 llevó a la dirección a aterrizar en Venezuela, Ecuador y Colombia y pisar el acelerador en España, entrando en nuevos negocios. Éste es el momento en el que Rafael Escolá, a sus 60 años, decide traspasar la presidencia a Fernando Gondra. El fundador dejaba atrás una empresa que había trabajado cinco millones de horas en más de 700 proyectos de ingeniería desde su creación. Con Gondra en la presidencia, la crisis de los 80 empieza a enseñar las uñas. La caída de inversiones industriales arrastra a Idom, que sufre las peores cifras de facturación comparadas en 1982 y 1983. La dirección encuentra una única salida a la situación: la diversificación de actividad. La firma bilbaína da el gran salto de la ingeniería industrial y civil a un servicio integral a las empresas, que incluye actualmente arquitectura, consultoría, medio ambiente, gestión territorial e informática. La empresa seguía la consigna del fundador: "somos la suma de lo que piden nuestros clientes". Adaptación al mercado Con esta filosofía, la empresa se ha situado entre las ingenierías líderes europeas. Los 7.000 millones de pesetas de facturación en 1997, una plantilla de 600 profesionales y los 10.000 proyectos ejecutados hablan por sí solos de la evolución de la empresa. "Tenemos una profunda cultura de adaptación a la situación del mercado", asegura Felipe Prósper, actual presidente de Idom, bajo un retrato del fundador, conocido como Don Rafael en la empresa. "Contamos también con la capacidad de atraer a los mejores profesionales", añade Fernando Querejeta, director general de la ingeniería. Pese a la internacionalización, Idom sigue liderando la ejecución de los proyectos emblemáticos más cercanos, como en sus inicios. Idom ha participado en la construcción de la Acería Compacta de Bizkaia (ACB), el reducto del bastión Altos Hornos de Vizcaya, en la ampliación de la planta de Mercedes Benz en Vitoria y ha dirigido la ejecución del Museo Guggenheim, mano a mano con el arquitecto norteamericano Frank O. Gehry. A nivel europeo, la ingeniería participa en la reconversión del gas natural de Lisboa, junto a EVE.

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