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Entrevista:

"La disgregación del voto de la militancia sólo da argumentos a la derecha"

Carmen Alborch Diputada del PSOE en el Congreso Carmen Alborch, diputada nacional del PSOE, de 50 años, se define como la primera simpatizante del partido socialista. Hace tres semanas compareció junto a Aurelio Martínez para anunciar su disposición a rivalizar por la candidatura a la alcaldía de Valencia. Ayer anunció su renuncia a participar en las primarias porque cree que el partido ya no la necesita. Y por "coherencia, que no tiene nada que ver con la rigidez, que es regresiva y conservadora".

Carmen Alborch acaba de salir de la ducha. Pero antes de que el visitante pueda identificar la paternidad de las obras que visten las paredes del salón de su apartamento vuelve a escena vestida con natural elegancia. El teléfono está descolgado pero, a través del patio de luces, su hermana y vecina le advierte de una llamada importante. La ocasión parece grave, pero Alborch derrocha simpatía y habla a borbotones. Pregunta. ¿Por qué ha decidido renunciar a las primarias para la alcaldía de Valencia? Respuesta. Porque las circunstancias de mi participación en esta candidatura han variado. Ahora mismo hay tres candidatos, más yo misma, ya eramos cuatro. Dadas las circunstancias, el partido ya no me necesita. P. ¿Ha habido algún problema de formas? R. No, en absoluto. La decisión de un momento determinado, que no se ha formalizado, va seguida de un tránsito en el que varías de idea. El sentido de la responsabilidad es importantísimo, pero otros ámbitos también lo son. Hay otras personas que tienen un compromiso formal con el partido, están volcadísimas en ese proyecto y tienen condiciones. Me siento muy tranquila a la hora de retirarme. Nadie es imprescindible. A veces te hacen sentir que tantísimo depende de tí, pero cuando te das cuenta de que no es así tu sentido de la responsabilidad se diluye. Sería un poco ilógico que me empecinara. Yo soy prescindible y cualquiera de los candidatos que hay puede ser un buen alcalde de Valencia. Creo que la disgregación del voto de la militancia sólo da argumentos a la derecha. P. ¿Se siente decepcionada? R. No, me siento muy bien. Para mí es muy importante la coherencia, que no quiere decir la rigidez de que una vez que dices algo eso es inmutable, porque eso es regresivo y conservador. P. Parece que no quería usted enfrentarse con Aurelio Martínez. R. Yo creía que a Aurelio había que reconocerle haber asumido las riendas en un momento de dificultad. Ahora, en un momento más dulce, que se espera más favorable, me parecía que había que agradecérselo. Optamos por colaborar y ceder la decisión a los militantes. Fue una buena solución. Tal vez fue muy pronto, pero hay veces que no controlas los tiempos, porque esto se va a hacer larguííííísimo. P. ¿Le ha sorprendido la proliferación de candidatos? R. En cierta medida. Pero es verdad que Antonio Sotillo ha dicho toda su vida que quiere ser alcalde de Valencia. Y ahora es su oportunidad. Ana Noguera es una mujer con una ambición política, y lo digo positivamente, y si tiene posibilidades y apoyos me parece muy bien que se presente. P. ¿El partido la invitó a presentarse, la necesitó? R. Gran parte de las de las miradas confluyeron en mí, me invitaron y me convencieron. Yo tenía otros proyectos, pero insistieron, no me lo dijeron un día para quedar bien. Personas relevantes insistieron en que sería muy positivo para el partido, para la ciudad y para la izquierda que yo fuera candidata. P. ¿Personas como Joan Romero? R. Por supuesto. Siempre he tenido muy buena relación con él. Joan actuó con mucha insistencia. No es que yo, como Martín Luther King, me levantara una mañana y dijera "he tenido un sueño". Hubo mucha insistencia hasta ahora. P. ¿Siente que le han retirado el apoyo? R. No percibo que me hayan retirado el apoyo. La gente que me ha insistido desde el primer momento siguió insistiendo cuando manifesté mis dudas ante la candidatura de Aurelio Martínez. En un momento determinado, por sentido de la responsabilidad y por compromiso político con mi partido y con gente progresista de la ciudad me embarqué en este proyecto. Si hacemos un poco de memoria el nombre de Antonio Sotillo no había ni aparecido. Ana Noguera había manifestado que no lo tenía claro. Ahora van apareciendo nuevos protagonistas y han ido creciendo expectativas en torno a otras personas. Mi compromiso con el partido socialista está y seguirá estando clarísimo, pero mi proyecto vital está más allá de lo que es un proyecto político. Me importa mi familia, me importa el mundo de los afectos, me importan mucho las relaciones humanas, la amistad. Me importa mucho la política, pero no es lo único que hay en mi vida. P. ¿Ha comunicado su decisión al partido? R. Todavía no, pero soy muy sensible a las formas y no permitiré que se enteren por la prensa. P. ¿Le han ofrecido ser candidata a la Generalitat? R. Antonio Asunción lo dijo en ocasiones. Joan Romero también, lo estuvo pensando hasta el último momento. La última vez que despachamos me dijo: "Me cuesta que no te presentes a la Generalitat". P. ¿Le sedujo la idea? R. Hay razones a favor y en contra, pero las personas debemos estar en los espacios en que nos sintamos más capacitadas y más útiles, más rentables socialmente. P. ¿Cuánto pesa en su decisión su condición de independiente? R. Siempre he creído que mi condición de independiente no tenía por qué ser sospechosa de nada. El único inconveniente en unas primarias es que no tienes cultura de partido y hay cuestiones en las que te manejas con más dificultad que los militantes. Yo soy la simpatizante más simpatizante del partido. No me gusta la palabra independencia, porque parece que vayas a tu aire. Había gente que creía que, para al alcaldía era mejor que fuera independiente, lo digo para que veamos cómo ha ido cambiando la situación. Algo que parece favorable hacia el exterior, luego, internamente puede crear problemas. P. ¿Hubiera preferido contar con el voto de los simpatizantes? R. Seguramente, pero entiendo las razones por las que no ha habido un censo de simpatizantes. Creo que es una línea hacia el futuro como pueden ser las listas abiertas o la elección directa. Siempre hay que pensar en lo que es mejor para la sociedad y para el desarrollo de un proyecto político. Cuanto mayor comunicación haya en la sociedad y la democracia esté más extendida, mejor. La democracia es libertad y responsabilidad, derechos y obligaciones, y esas son las características de los seres humanos. P. ¿Qué opina de los problemas surgidos en Madrid? R. Son los desajustes propios de los momentos de transición. ¿Cómo los militantes van a querer renunciar a un derecho recién estrenado? ¿Cómo se encaja eso con que el máximo órgano del partido pueda pactar con otra fuerza política? Hay impulsos magníficos y también ciertos desajustes que se resolverán con el rodaje. P. ¿Renuncia para contribuir a ajustar el proceso? R. Sí. Creo que en este momento la condición de militante es importante. P. ¿Influye en su decisión su apoyo a Joaquín Almunia? R. Me siento orgullosísima de que Pepe Borrell sea nuestro candidato. Pero en un seminario de mujeres en Madrid surgió la posibilidad de escribir un artículo alabando las primarias, como hicimos, y, por otra parte, dando nuestro apoyo a Joaquín Almunia porque nos parecía, y está contrastado, que es una de las personas del partido socialista que más se había significado en el compromiso con las mujeres. Ha habido gente que ha querido utilizar mi apoyo a Almunia para desfavorecerme, pero, en definitiva, yo apoyaba al secretario general del partido, no a un enemigo. No creo que haya una línea divisoria entre los que han apoyado a Almunia y los que han apoyado a Borrell. Si el propio Borrell no la traza, menos lo tienen que hacer los demás. Pero si hay gente que hace interpretaciones perversas eso es otra cuestión. P. ¿Teme que le acusen de divina o reacia a competir? R. A la gente que me conoce lo de la divinidad le parece ridículo. Considero que a este mundo no hemos venido a pasar el rato y debemos intentar transformar la sociedad, y eso es la política. Durante una época he participado en un intento de transformación de la sociedad asumiendo las responsabilidades concretas que me ha planteado el partido socialista, pero eso no quiere decir que no se pueda hacer política desde fuera del partido. No me presento ahora, pero la vida es muy larga y creo que es muy importante hacer política en la vida cotidiana. No me importa nada competir, pero la competición importante es contra Rita Barberá. Si eso no me da miedo, ¿cómo me va a dar miedo competir con compañeros a los que conozco de toda la vida? Todos tienen condiciones y además les hace muchísima ilusión. Aquí de lo que se trata es de ganar la ciudad de Valencia, la Generalitat y el Gobierno de la nación. P. ¿Qué hará en el futuro? R. Tengo mi acta de diputada, y si el señor Aznar no convoca elecciones antes, todavía quedan dos años de legislatura. Luego ya veremos. No tengo veleidades de ningún tipo, pero sigo a disposición del partido y en la medida de lo posible prestaré mi apoyo y mi colaboración. Esto no es una rabieta, es una decisión muy meditada. P. ¿Teme defraudar a quienes le han ofrecido su colaboración? R. Hay muchos campos en los que trabajar. Una cosa es ser cabeza de lista y otra colaborar con un proyecto de ciudad. Hay mucho que reflexionar y debatir. Se puede seguir trabajando sin un proyecto inmediato, concreto, pero mi lugar es el partido socialista. P. ¿Le gustaría votar en las primarias? R. (Risas) No. Como no me puedo votar a mí misma...

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