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LOS DISTURBIOS DE CIBELES

Neptuno pierde una mano en la "batalla"

Vicente G. Olaya

Los hinchas madridistas le arrancaron una mano al dios Neptuno durante la noche de la celebración de la victoria de su equipo en la Copa de Europa. Según fuentes municipales, los técnicos encontraron al mediodía de ayer la mano y parte del antebrazo tirados en el suelo, cerca de la estatua. Los expertos municipales aseguran que repararán el desperfecto, tal y como ya hicieron con la mano de la cercana Cibeles en 1994, cuando los hinchas de la selección española la dejaron manca tras una victoria frente a Suiza (3-0). La operación costó 10 millones de pesetas a las arcas municipales.Éste es el segundo gran desperfecto que sufre la fuente de Neptuno en los cuatro últimos años. En diciembre de 1994, a los estudiantes de Medicina que protestaban contra el plan de estudios no se les ocurrió otra cosa que robar el tridente del dios griego de los mares. El Ayuntamiento nunca repuso el pincho robado, a pesar de que lo halló días más tarde, sino que colocó uno nuevo de aleación de acero para evitar que se oxidase.

El Neptuno madrileño fue esculpido por Ventura Rodríguez en 1781. En 1814 sufrió el primer robo. Este tipo de acciones se repite periódicamente a lo largo de los dos últimos siglos.

La cercana fuente de Cibeles no ha tenido mejor suerte. Hasta el Mundial de México de 1986 eran los hinchas del Real Madrid los únicos que acudían ante ella a celebrar sus triunfos. Desde ese año, la estatua soporta también los éxitos futbolísticos de la selección española y las apuestas de algunos. En 1992, un mendigo embadurnó con pintura fluorescente el cuerpo de la diosa. Los trabajos de limpieza costaron cerca de un millón de pesetas.

Pero no sólo son los particulares quienes deciden cambiar de ubicación determinados elementos de las fuentes. A finales del siglo XIX, la bella verja de hierro que rodeaba a Cibeles fue cambiada de sitio por el Ayuntamiento. A partir de entonces se le perdió la pista. Sólo en 1982 alguien cayó en la cuenta de que la balaustrada del destacamento de la Policía Municipal en el puente de los Franceses correspondía a la que en otro tiempo lució la deidad romana en su derredor.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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