El "no" quema sus últimos cartuchos entre los indecisos
Los unionistas opuestos al Acuerdo de Stormont han visitado 330.000 casas para inclinar las encuestas a su favor
En un pequeño despacho de Cregagh Road, en el corazón de Belfast Este, un puñado de señoras de mediana edad recibe a los protestantes indecisos que cruzan el umbral buscando razones para votar no. Al fondo trabajan varios jóvenes, colocando docenas de cajas llenas de lemas contra el Acuerdo de Stormont. Es la sede de los Unionistas Unidos, un paraguas bajo el que se han cobijado gentes muy dispares, desde grupos evangélicos contrarios al catolicismo irlandés hasta miembros de la Orden de Orange, unionistas radicales del reverendo Ian Paisley y, sobre todo, los disidentes del Partido Unionista del Ulster, que desoyendo a su líder, David Trimble, van a votar no. En la calle mandan a un ejército de voluntarios que han logrado llamar a la puerta de 330.000 casas en el Ulster, donde hay 1,2 millones de votantes, y acercar las encuestas a su favor. Frente a la silenciosa y dispersa campaña de los unionistas por el sí, los del no hablan más alto.Con una Biblia en una mano, y un té en la otra, los miembros de Cristianos Contra el Acuerdo ofrecen aquí «siete razones bíblicas para votar no ». «Aquí somos pocos, pero no se sabe cómo, todos los papeles que queremos repartir desaparecen de nuestras manos y llegan a cada casa. Hay un ejército de voluntarios unidos trabajando para que triunfe el no » , cuenta Eddie Adair, un funcionario de 35 años que forma parte de Unionistas Unidos.
«¿Como vamos a votar sí ? Éste es el acuerdo que permite al IRA seguir mandándonos bombas, que pone a sus terroristas en la calle, que sentará en un Parlamento a los criminales del Sinn Fein. Los terroristas ni siquiera han renunciado a la violencia», relata Adair.
Las encuestas lo dicen: frente a un 69% de síes previstos en Irlanda del Norte, y un 31% de noes, que recogía una encuesta de Irish Times realizada tras las negociaciones de Viernes Santo (en ella no se reconocían indecisos), los sondeos publicados ayer por Irish Independent mostraban un tímido 50% de síes, un 23% de noes y un 24% de indecisos. Hace una semana el sí ascendía al 52% y el no sólo alcanzaba el 20%, según una encuesta de Belfast Telegraph . Las tornas están cambiando. No tanto como para que gane el no , ya que los católicos, que han crecido en proporción hasta representar el 47% de la población, darán un masivo sí (94%) al acuerdo. Pero sí para que se tambaleen los unionistas moderados de David Trimble, pieza necesaria para que triunfe el proceso de paz. Es precisamente aquí donde ha aumentado el número de indecisos, con un 41%. Y de disidentes confesos.
Su propio delfín, Jeffrey Donaldson, de 35 años, declaró el martes con toda crudeza que votará no. Lo mismo opinan seis de los diez diputados que Trimble tiene en Westminster, según fuentes unionistas. A partir de ahí, se abre un peligroso juego con dos porcentajes clave: 60% y 70%. Si el Acuerdo de Stormont no obtiene el 70% de los votos, significará que la mayoría protestante del Ulster no lo apoya, según el propio Trimble. Con un 60%, el resultado será tan débil que la Asamblea resultante de las elecciones del 25 de junio tendrá la pata quebrada.
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